El momento que las voces habían estado esperando
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Conoce tu Coordinación

¡Hola! me llamo Manuel y coordino la licenciatura en Pedagogía. Me emociona mucho tener este espacio para conversar con ustedes sobre nuestro propósito común, especialmente en lo que respecta a la labor de la coordinación en nuestra carrera, y en particular el del rofesorado de la licenciatura. Entre todo el equipo de docentes, el objetivo es formar profesionistas capaces de generar ambientes y procesos educativos innovadores, inclusivos y autónomos, favoreciendo el desarrollo personal en diversas etapas de la vida y en variados contextos. Para alcanzar nuestras metas formativas, es clave llevar a cabo un trabajo colegiado donde podamos dialogar, debatir y diseñar estrategias y experiencias educativas pensadas para nuestro estudiantado. Este esfuerzo colaborativo se realiza a través de las Coordinaciones de las Academias, donde les coordinadores aseguran el cumplimiento del plan de estudios y realizan los ajustes que sean necesarios.

Asimismo, enfocamos nuestros esfuerzos en el acompañamiento docente, que implica eguir de cerca la evaluación del desempeño docente y su práctica pedagógica, con el objetivo de elevar la calidad de la enseñanza e identificar posibles áreas de mejora. Es importante comentarles que nos esforzamos por mantener una comunicación efectiva y cercana con el profesorado para garantizar una experiencia educativa distintiva y de calidad. 

No podemos olvidar el acompañamiento estudiantil que es, sin duda, el corazón de nuestra coordinación. Formar parte de esta travesía a través de diálogos, talleres, y momentos educativos tanto formales como informales, es esencial para nosotras. Desde las significativas Jornadas de Pedagogía organizadas por la Sociedad de Estudiantes hasta la acogedora bienvenida a las nuevas generaciones, pasando por talleres educativos o visitas a museos, cadaevento es una pieza clave de nuestra experiencia compartida. La coordinación también está presente en momentos de orientación académica, como las tutorías o la movilidad estudiantil. Personalmente, uno de mis aspectos favoritos es crear experiencias junto a las y los estudiantes, escucharles y apoyarles en la realización de proyectos y eventos que nos permitan interactuar y fortalecer nuestra comunidad. Recuerda que la coordinación también eres tú, y eres parte integral de esta comunidad. Juntes podemos alcanzar nuestros objetivos y metas, superando incluso lo que podemos imaginar. Este es un espacio siempre abierto, donde siempre eres bienvenide.

La enseñanza es un arte

A través de la creación y edición de este número nos dimos cuenta de que muchos de los textos abordan temas sobre la enseñanza del arte pero también del arte de la pedagogía. Esto nos hizo pensar dentro del equipo que la educación no solamente es un medio para enseñar acerca del arte, sino que es un arte en sí misma que requiere del uso de la creatividad y diversas técnicas para poder generar experiencias y espacios de enseñanza-aprendizaje realmente atractivos y significativos para los educandos. Al ser un arte, la enseñanza y la pedagogía se entienden y se llevan a cabo de manera única por cada profesional de la educación, lo que hace de esta revista tan especial; juntxs podemos explorar y conocer la manera en la que todxs lxs miembros de la comunidad realizan sus obras de arte y las materializan a través de la pedagogía. También encontramos que se expusieron varias de las maneras en las que percibimos que la educación enriquece la vida de las personas; por ejemplo, se ve cómo el deporte ayuda al crecimiento y desarrollo emocional, y el modo en que la exploración de las artes ayuda a sensibilizar a las comunidades. Igualmente, se expresa la forma en que la educación ha impactado a nuestra comunidad y nos ha ayudado a crecer integralmente, desde nuestra formación como pedagogxs hasta en la vida de aquellos que ya se encargan de transformar y enriquecer la vida de lxs demás.El arte de la enseñanza y el proceso enriquecedor que éste conlleva en lasvidas de las personas que son atravesadas por él, requiere de diversos espacios y estrategias para materializarse. A lo largo de este conjunto de textos vemos ejemplos desde los museos, la educación física, la enseñanza de las artes, el yoga, etc., que nos muestran que la educación es capaz de trascender las cuatro paredes de las aulas y volverse algo mucho más complejo y hermoso.

En este número tuvimos la fortuna de contar con la colaboración, no sólo de pedagogxs de la IBERO, sino también de profesionistas de otras partes; queremos agradecer a todxs aquellxs que compartieron sus experiencias y que iluminaron este quinto número desde sus áreas de expertise; sin duda lograron construir un espacio en donde podremos llegar a conocerlxs más y aprender de sus intereses y experiencias.

Pedagoga de corazón

¡Hola! Soy Alejandra Luna y estoy muy feliz de acompañar su proceso de formación ahora como coordinadora de la Licenciatura en Pedagogía. Esta maravillosa carrera que nos da la oportunidad de transformar el mundo con la fuerza de la curiosidad por aprender a nuestro favor. Fui una niña afortunada, la cuarta de cuatro hijas, el último intento de mi Pa por tener el “hombrecito”… la primera travesura de mi existencia. Eso determinó siempre una considerable diferencia de edad con mis hermanas, no cabía en sus juegos y tampoco en sus pláticas, pero me encantaba sentarme a ver cómo hacían sus tareas. La que me llevaba menos años, cuatro, se compadeció de mí y me enseñó a leer antes de que entrara a la escuela. Mi mamá le compró gises, un pizarrón, sellitos y, ¡claro! mis otras dos hermanas se encantaron con la idea, entonces comenzaron a enseñarme a sumar, restar; se divertían mucho haciéndome juegos de cálculo mental, haciéndome repetir las capitales de los países, entre muchas otras cosas que se les ocurrían.

El gran problema fue la escuela. Me aburría un montón. Cuando un maestro de segundo de primaria nos estaba enseñando a restar y nos dijo que 2 menos 5 “no se podía”, no me contuve más y le dije muy molesta que sí se podía, que era menos tres. Sí, fue un problema la escuela. El profe me agarró tirria, tanta que acabaron cambiándome de colegio, a uno con muy buena reputación de por el rumbo, pero no hubo mayor diferencia. Acabé por regresar a la primera, y ahí, en sexto, la maestra Guille nos abrió una biblioteca, un librero de metal en su salón. Si acabábamos pronto el trabajo, podíamos tomar un libro y, si nos gustaba, nos dejaba llevárnoslo a casa. Fue la maestra que me cambió la vida… la primera, porque puedo dar las gracias de haber tenido varios docentes significativos.

En ese trayecto, me encontré con personas a quienes pude enseñar también a leer y escribir, a sumar y restar, a comprender lo que no entendían en clase, a descubrir las formas en que aprendían mejor. La emoción que me llenaba en esos momentos me siguió llenando ya en mi vida profesional, con adultos, con ejecutivos, con estudiantes de preparatoria, de primaria, chiquitos de preescolar y, sí, hasta ahora, con mis grupos de licenciatura y posgrado.

No hice la licenciatura en pedagogía, no me enteré de que existía. Mi licenciatura la hice en letras, mi otro amor. El discurrir de la conciencia de Virginia Woolf, la acidez sarcástica de Byron, la pasión de Hawthorne y de Tomas Hardy; los dramas de Shakespeare, la sutileza de Emily Dickinson, son parte de mí misma. En la facultad me encontré a otro de mis grandes maestros, Mr. Colin White. Él, pipa en mano, nos miraba con sus ojos profundos, esbozaba una sonrisa y nos decía en su perfecto inglés escocés: “terminar una licenciatura sirve para darse cuenta de todo lo que uno no sabe”. Pensábamos sus estudiantes que era una cosa más filosófica que real, pero sí, era real. Lo ineludible del aprendizaje a lo largo de la vida era lo que nos estaba avizorando.

“Y así, de un amor a otro, regresé a la enseñanza.”

Mi servicio social lo hice en la coordinación de la carrera, en plena reestructuración del plan de estudios. Aprendí a hacer fundamentaciones curriculares, la importancia de elegir la palabra correcta de la taxonomía de Bloom, mis compañeros me nombraron representante estudiantil en el proceso, tenía que darles cuenta periódicamente de cómo iba el nuevo programa, explicarles las razones, escucharlos y regresar con el cuerpo académico a exponer sus inquietudes. No me di cuenta, pero estaba aprendiendo los pininos de la gestión educativa. Poco antes de titularme, ya terminado servicio social, tesis y demás requisitos, estalló la huelga y duró un año. Y así, de un amor a otro, regresé a la enseñanza. En ese momento entré a trabajar en una empresa como docente de inglés, donde con el tiempo también acabé en el área de gestión.

Seguí mi andar por distintas escuelas y niveles educativos. De la mano de mis estudiantes que enfrentaban problemas de aprendizaje o que vivían con necesidades especiales. Conocí innumerables especialistas y todo tipo de diagnósticos: TDAH, TOD, ansiedad, depresión, trastornos endocrinológicos y neurológicos, entre otros. Ellos me empujaron al estudio autodidacta del neurodesarrollo, la didáctica, la pedagogía, la psicología, entre muchas otras. Pero, cuando les daba recomendaciones a sus padres –sobre su aprendizaje, por supuesto, no de salud–, venían de “la miss”, y no las aplicaban sino hasta meses
después que algún especialista, me decían, se los había sugerido.

Fue así como llegué a la Maestría en Investigación y Desarrollo de la Educación (MIDE) de la Ibero y después, una de mis travesuras más recientes, al Doctorado en Educación. En mi estancia aquí, ya por ocho años, me he convencido más de la importancia que tienen en la vida de una persona esas grandes figuras docentes. Mi directora de tesis y mentora también transformó mi existencia. Yo no pretendo ser una roca en la vida de nadie, pero sí uno de los granitos que le
integran. Sé que la educación es una de las vías más significativas para lograrlo, porque no soy pedagoga de formación, pero sí de corazón.

Número 04

Carta Editorial

La diversidad: una de las más grandes bellezas del aprendizaje.

Siempre he pensado que la pedagogía es un campo sumamente diverso y al entrar a la licenciatura en pedagogía confirmé esta teoría. Me di cuenta de que no solamente la pedagogía tiene diversos campos de estudio y líneas de salida sino que las personas que conforman la comunidad estudiantil son considerablemente distintas ya que tienen opiniones, enfoques y maneras de entender el mundo muy diferentes. Para mi, esta gran diversidad es un punto fundamental para enriquecer nuestro aprendizaje porque nos permite conocer otras maneras de ver y experimentar la vida e integrarlas a nuestra propia manera de entender la educación.

Es por esto que me emociona mucho ver que esta revista es un espacio para expresar y visibilizar la gran diversidad que hay en nuestra comunidad. Al leer cada artículo que conforma esta edición pude ver que existía gran variedad de intereses, de temas y de opiniones.

Para agregar a esta diversidad, en este número participaron estudiantes de otras licenciaturas, aportando puntos de vista sumamente ricos acerca de la educación y la pedagogía. Esto me llena de alegría, ya que nos da la oportunidad de entender la pedagogía, no solamente desde distintas miradas sino también desde distintas disciplinas, brindándonos herramientas para poder resolver los problemas complejos que existen en el mundo actual.

Finalmente, estoy profundamente agradecida con cada una de las personas que formaron parte de este número, con los autores y las autoras que se animaron a compartir con nosotros sus maneras de pensar, con cada uno de los miembros del equipo editorial y con la coordinación que nos apoyaron para poder lograr nuestra meta, poner el cuarto número de la Revista Fuera del Aula en tus manos el día de hoy. Espero que disfrutes mucho esta revista y que te des la oportunidad de crecer como persona y como pedagogx aprendiendo de los demás y de las ideas que todos tenemos para aportar.

LUCÍA RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ 

DIRECTORA EDITORIAL

Número 03

Carta Editorial

¿Alguna vez has tenido miedo? Yo sí

Y creo que no soy el único que lo ha experimentado, posiblemente también tú, al enfrentarte a situaciones que te hagan salir de tu zona de confort, o situaciones que reten tus conocimientos y habilidades, o simplemente con situaciones que representen incertidumbre para ti.

Durante el desarrollo de este tercer número, dentro del equipo editorial pudimos notar que en algunas personas estaba presente este miedo a que su artículo no fuese lo  suficientemente bueno, o no cumplir con lo que se podría esperar, incluso en nosotros como equipo, hubo cierta incertidumbre sobre lo que se podía lograr. Sin embargo, el haber sentido ese pequeño miedo nos impulsó a tomar acción y comenzar a hacer todo lo que estaba en nuestras manos. 

Definitivamente, el aprendizaje más grande que me llevo, después de participar en este proyecto durante tanto tiempo es que lograr un producto como esta revista conlleva muchas horas de trabajo, reuniones, una gran cantidad de correos enviados, revisiones ortográficas y de redacción, y muchas otras cosas más que van surgiendo sobre la marcha.

Y el hecho de que puedas estar hoy aquí, leyendo esta revista, no hubiera sido posible sin el apoyo de nuestro equipo editorial, que entusiasmado puedo decir que está creciendo; y no solo en integrantes del equipo, sino también con nuevas personas escribiendo, ideas frescas, temas novedosos. Será muy gratificante poder ver que el equipo se siga renovando, y la Revista Fuera del Aula tenga continuidad a través del tiempo.

Con todo esto quiero decir que, después de tanto tiempo, ese miedo a que algo no salga como lo planeabas no fue tan grande como la satisfacción de haber logrado este producto final, esta revista, el tercer número de FUERA DEL AULA , ¡que la disfrutes!

CÉSAR GONZÁLEZ
DIRECTOR EDITORIAL

STEAM, la herramienta que está transformando la educación 

STEAM, por sus siglas en inglés significa Ciencia (Science), Tecnología (Technology), Ingeniería (Engineering), Arte (Art)  y Matemáticas (Mathematics), representa una forma emocionante y desafiante de aprender y también de enseñar. Esta estrategia  pedagógica busca unir todas estas áreas para ayudarnos a desarrollar habilidades de alto impacto en la sociedad, esto mientras  adquirimos conocimientos y nos divertimos en el proceso. 

STEAM trata de fomentar la creatividad y el trabajo en  equipo. Nos desafía a resolver problemas reales y a aplicar  lo que aprendemos en proyectos innovadores. En otras  palabras, STEAM nos prepara para enfrentar situaciones  de la vida cotidiana de manera efectiva (Santillán, et al.,  2020). 

Lo mejor de STEAM es que nos muestra cómo estas  disciplinas están conectadas. No son ejes separados, sino  que trabajan juntas en la vida cotidiana. Esto nos ayuda a ser  estudiantes versátiles y a entender mejor cómo funcionan  las cosas en el mundo que nos rodea. En definitiva, STEAM es una forma emocionante de aprender y crecer como  estudiantes y también como docentes al poder adaptar esta  estrategia según el tópico a abordar (Santillán, et al., 2020). 

La metodología STEAM va más allá de la educación escolarizada; se  ha convertido en una forma de ver la manera en la que se implementan  los contenidos en los diversos escenarios de enseñanza/aprendizaje,  se busca impulsar la innovación en múltiples ámbitos de la sociedad. En  un mundo cada vez más influenciado por la tecnología y la necesidad  de innovar, STEAM se ha convertido en una estrategia valiosa para  preparar a las personas, para encarar los retos del hoy y del mañana,  para contribuir al progreso de la sociedad. 

En resumen, STEAM es una estrategia educativa integral que tiene  como objetivo dotar a los estudiantes con conocimientos prácticos para  enfrentar su cotidianeidad, desarrollando su capacidad para analizar  de forma crítica, fomentar la creatividad y resolver desafíos por medio  de la combinación de conocimientos en ciencia, tecnología, ingeniería,  arte y matemáticas.

Fuera Del Aula no se construyó en un día

Todos alguna vez hemos escuchado la frase “Roma no se construyó en un día”, y creo que es  lo suficientemente conocida como para que su  significado sea casi de cultura general. De cualquier  forma, no está demás mencionar que el principal  mensaje que se transmite con esa frase es el de  destacar la constancia y perseverancia necesaria  para lograr algo que nos hayamos propuesto, o para  hacer notorio un cambio planteado inicialmente;  desde mejorar una calificación en una prueba de  conocimiento, mejorar nuestro rendimiento físico  en nuestro deporte favorito, o hasta mostrar una  actitud genuinamente diferente y más funcional  ante una situación. Personalmente, considero que  la idea principal de la frase de Roma es maravillosa,  sin embargo, quiero mencionar que, para mí, si solo  ponemos atención al punto de partida y al punto de  llegada, estaríamos omitiendo toda la riqueza del  proceso por el que tenemos que atravesar para  tener nuestro logro significativo: los esfuerzos que  se realizan día a día; sacrilegios de cosas también  muy importantes para nosotros por seguir trabajando  en nuestro objetivo; emociones que inevitablemente  tenemos que enfrentar y obviamente la inmensidad  de los aprendizajes que adquirimos mientras  caminamos hacia nuestra meta. Primordialmente,  eso es lo que quiero destacar de manera breve en  las siguientes líneas. Sí, un poco el reconocer la  magnificencia que ha alcanzado esta “Roma” en  forma de gaceta estudiantil enfocada en la educación  que es la Revista Fuera Del Aula, pero también quiero mencionar algunos de esos  esfuerzos que se realizan constantemente dentro  del equipo editorial y que, sin estos, ver una versión  final como ésta no sería posible. Y ¿por qué no?  También hacer recuento de aquellos aprendizajes  que me resultaron más relevantes y útiles que  obtuve mientras fungí como director editorial de  esta revista.

El primer gran progreso del que me gustaría hablar es de la autonomía que ha logrado tener el equipo  editorial. Si bien, desde 2022 que salió nuestro primer  número, nunca hubo una relación de subordinación  ni mucho menos, casi todas las iniciativas, avances  y resultados provenían de nuestra coordinadora de  Pedagogía de ese momento, y si lo comparamos con  la forma de trabajo de este número, hoy estamos en el  polo opuesto en el que solo los miembros del equipo  editorial participaron en la realización, creatividad y  toma de decisiones durante este semestre, lo cual  considero es muy valioso para el crecimiento de un  equipo. 

También, podemos decir que, de acuerdo con  la Taxonomía de Bloom, estamos llegando a los  procesos cognitivos de los niveles más altos, logrando  compilar cierta cantidad de materiales para poner en  cada número, construir un plan de trabajo con las  tareas y fechas necesarias para que el número salga  a tiempo, y obviamente, llegar al nivel de crear implica  ya haber pasado por los escalones de: evaluar: si  un artículo es o no publicado; analizar: establecer  cuáles son las características específicas de cada  sección de nuestra revista; aplicar: seleccionar  cuáles serían los mejores temas a desarrollar en la  revista; comprender: informar a aquellos posibles  autores sobre lo que necesitaría cada artículo, y  por último; recordar: reconocer efectivamente las  reglas gramaticales y ortográficas para lograr un  artículo limpio. Como personas que conocemos de  Pedagogía, enlistar todo esto puede resultar sencillo,  en cambio, ponerlo en práctica y lograr un producto  final es lo que lo vuelve tan meritorio. Además de  que esta participación se puede mencionar en tu CV  como experiencia profesional y da una apariencia  maravillosa para los empleadores.

Ahora, todo este trabajo se tiene que realizar por personas, y hablando de equipos de trabajo, creo que, sin importar  el tamaño, hay cuatro personalidades que serán elementales para el desarrollo de un proyecto exitoso, las cuales  enuncio a continuación: 

  • Personalidad realizadora: una persona cuyo orden y disciplina impulse al resto del equipo a que los  planes se realicen en tiempo y forma. 
  • Personalidad de abogado del diablo: una persona cuya fortaleza sea cuestionar cada detalle del  proceso de una manera constructiva para que todo tenga una justificación y una razón de ser. 
  • Personalidad innovadora: una persona cuya creatividad sea destacable y esté enterada de todas las  novedades en el campo que sea necesario, en este caso, de la educación. 
  • Personalidad social-difusora: una persona cuya facilidad de palabra y socialización le permitan estar  al tanto de todo tipo de eventos y espacios en los que se pueda dar a conocer y nutrir el proyecto en  cuestión. 

Independientemente de la cantidad de personas que compongan un equipo de trabajo, esas cuatro personalidades  son realmente útiles. Personalmente, siento que en algún momento cumplí con la función de la personalidad social difusora, y de lo más valioso que me llevo de esa experiencia es la cantidad de personas que conocí en ese tiempo,  logré mucha vinculación con estudiantes de Licenciaturas como Sustentabilidad, Filosofía, Psicología, solo por  mencionar algunas; todo esto con la finalidad de expandir el alcance de Fuera del aula, que ojalá pronto se pueda  llegar incluso a otras universidades. 

Por último, quiero mencionar que gran parte del progreso de este proyecto ha sido gracias a constantes situaciones de prueba y error, en la que en muchas ocasiones nos encontramos con barreras que nos hicieron reformular parte  de la planeación. Un ejemplo de esto es cada que un miembro del equipo tenía una idea, se ponía sobre la mesa  diciendo: “Creo que un artículo de este tema en específico sería muy bueno para la revista”, y en ocasiones sí se  lograba concretar, pero otras veces no se conseguía como lo imaginábamos, sin embargo, esa es una de las partes  más ricas de todo el proceso. 

Sin duda alguna, participar en este proyecto durante tanto tiempo es en sí, una experiencia inolvidable y  que atesoraré por mucho tiempo con mucho cariño. Confío en que, en un futuro, podré investigar sobre gacetas estudiantiles de educación y que uno de los resultados más destacados será esta revista, porque yo sé que Fuera Del Aula no se construyó en un día.

Aprendizaje emocional a través de canciones

Al pensar en mis experiencias de aprendizajes emocionales encontré una similitud entre todas. Todas estas etapas de crecimiento fueron acompañadas por canciones, libros y películas. Muchas de estas etapas fueron acompañadas por una de mis artistas favoritas: Lorde.

El álbum Pure Heroine —en español, Heroína pura—, es el primer álbum de Lorde, publicado en 2013. Este álbum explora la adolescencia, critica la cultura pop, las interacciones entre clases sociales, y la percepción de la autenticidad. Mis canciones favoritas del álbum son ribs y buzzcut season (altamente recomendadas). Este primer álbum me acompañó en mi adolescencia, y me hizo sentir acompañado en el miedo de crecer.

Ribs

Ribs es un himno de mi adolescencia, en donde tenía mucho miedo de crecer, y del futuro. Ahora cuando escucho esta canción, me da un poco de nostalgia, y extraño la persona que era. Ribs es una canción etérea, que solo puede ser descrita como una experiencia auditiva que te atrapa desde los primeros 5 segundos.

El segundo álbum de Lorde, Melodrama, fue el soundtrack de mi primer amor. Este álbum, según la revista Rolling Stones, está entre los mejores 500 álbumes de la historia. Todas las canciones encapsulan las emociones de un primer amor perfectamente, y recomiendo escucharlas todas.

Este recorrido por los primeros dos álbumes de Lorde fue necesario, porque me acompañaron en etapas de mucho aprendizaje emocional durante mi adolescencia; acompañándome cuando me sentía asustado, y en mi primer amor. En estas dos etapas hubo mucho crecimiento, pero su tercer álbum, Solar Power, me ha acompañado los últimos dos años, en donde he tenido un crecimiento emocional exponencial. Este álbum dividió mucho a los fans de Lorde, ya que no es el “estilo” de los álbumes pasados, y toca temas más abstractos como el calentamiento global, y el paso del tiempo. Yo describo Solar Power, como un álbum de veneración al sol.

Definitivamente, la experiencia de aprendizaje, no solo emocional, sino de quien soy como persona, más grande que he tenido en mi vida, es la exploración (en la que sigo) de mi identidad de género.

La primera vez que el pensamiento “chance no seas una niña ” pasó por mi mente lo que sentí fue terror, ansiedad, e intenté desterrar ese pensamiento de mi mente. Por dos años ese pensamiento regresaba en los momentos más raros, y cada vez más persistentes, hasta que no lo pude ignorar, y decidí dejarme cuestionar que significaba para mí ser mujer, ser hombre, ser los dos, ser nada. Dar ese brinco fue aterrador, porque sentía que estaba abriendo una puerta que muy probablemente no se cerraría otra vez.

En esta etapa de ansiedad, y cuando empezaba a cuestionarme, la canción Secrets From a Girl (Who’s Seen It All) fue como un apapacho, y me dio la valentía para aceptar la respuesta (la que fuere) a la pregunta: “¿qué eres?”.

Secrets From a Girl (Who’s Seen It All)

Lorde escribió Secrets From A Girl, para su yo del pasado. Para mí, esta canción es mi yo del futuro diciéndome a mi yo de ahora, que todo va a estar bien. La línea de “todos quieren lo mejor para ti, pero lo tienes que querer para ti mismx” siempre me pega, porque a veces actuó sin ponerme a mí mismo primero.

Cuando ya tenía la idea de que mi identidad de género era más masculina que femenina, empecé a hablar con mis amigos más cercanos, y con mi familia.

Todos me aceptaron, celebraron, y ayudaron a empezar a construir qué es lo que significa ser hombre para mí. En esta construcción personal del género, empecé a cuestionarme si había elegido “el camino correcto” de transicionar y me sentía muy solo. Stoned at the nail salon me permitió hacer aún más introspección, y me hizo darme cuenta de que “amo esta vida que tengo”, y que al final del día, soy la misma persona. Darme cuenta de esto, me permitió tener más confianza en mí mismo.

Stoned at the Nail Salon

El primer verso en Stoned at the Nail Salon es hermoso. Amo la imagen de la espoleta, y lo que representa. Lorde mencionó en uno de los correos que le manda a los fans a veces, que los dos lados del hueso de alguna manera representan la dualidad de su vida personal y su vida pública. Estas dos dualidades están conectadas en su persona. Sin importar mi identidad de género, siempre voy a ser yo.

Este álbum tiene muchas canciones que me han acompañado y ayudado a entender mis sentimientos. Una de mis canciones favoritas, y que merece ser mencionada es Mood Ring una canción satírica del wellness culture, la cultura del bienestar. Menciona recargar cristales, la meditación, hacer yoga, y quemar salvia, para sentirse mejor emocionalmente. Aunque hagamos todo eso y a veces más, estos rituales no siempre son lo suficiente para hacernos sentir mejor.

Lentamente, me siento más cómodo con quien soy, y con menos miedo de ser quien soy, pero todavía me da ansiedad ser diferente y mi situación. The Path es la canción que actualmente más escucho, porque el mensaje que me da es de paz. Al principio de mi exploración de mi identidad de género, sentía mucho miedo. Todavía siento ansiedad, pero estoy mucho más cómodo con quien soy. Esta canción me ayuda a transformar el miedo en esperanza y curiosidad.

Todo va a estar bien, y el sol nos va a enseñar el camino.

The Path

  • Antonoff, J & Yelich-O’Connor, E (2021). Solar Power [LORDE]. Solar Power [digital].Auckland, New Zealand: Universal. (2020)
  • Antonoff, J & Yelich-O’Connor, E (2021). Secrets From a Girl (Who’s Seen It All) [LORDE]. Solar Power [digital].Auckland, New Zealand: Universal. (2020)
  • Little, J & Yelich-O’Connor, E (2013). Ribs [LORDE]. Pure Heroine [digital].Auckland, New Zealand: UMG. (2012-2013)

Una nueva educación desde la deconstrucción de  perspectivas

A lo largo de mi trayectoria escolar, he tomado conciencia de que los privilegios han formado parte de mi desarrollo. Mi contexto me brindó oportunidades a las cuales la mayoría de los jóvenes, lamentablemente, no tienen acceso. Al comenzar mis estudios en pedagogía y al analizar los acontecimientos desde distintas perspectivas, me percaté de la necesidad de deconstruir mis ideas y explorar nuevos criterios.

Por supuesto, para poder obtener más información que nos ayude al proceso deconstructivo debemos acercarnos a entornos que nos puedan brindar un horizonte más amplio, una visión más completa y genuina de lo que es la educación y las verdaderas necesidades que surgen sobre la marcha. Al estar de intercambio en un Instituto intercultural he podido observar que los hechos académicos surgen más allá de un salón de clases, que el entorno donde nos desarrollamos funge como escenario de prácticas, que no hay limitantes para poder aprender, claro que muchas veces se carece de herramientas, pero gracias a eso mismo podemos notar que hay más alternativas. Al considerar el uso adecuado de las herramientas disponibles, podemos optimizar los procesos educativos y brindar situaciones académicas más contextualizadas y enriquecedoras, es por eso que he sentido un profundo interés por la amplia gama de áreas en las que la pedagogía puede ser aplicada.

Mi experiencia en el ISIA (Instituto Superior Intercultural Ayuuk) ha sido enriquecedora, ya que ha fortalecido mis ideologías y, al mismo tiempo, me ha llevado a cuestionarlas. Aquí he aprendido a romper barreras, a buscar soluciones, a trabajar en equipo y a convivir respetando la naturaleza. Me he dado cuenta de que todo esto también es educación, que la pedagogía trasciende más allá de las limitaciones de las aulas y llega a lugares que a veces pasamos por alto. Estar aquí me ha abierto los ojos ante muchas cosas que ignoraba y me ha hecho consciente de cómo vivía cegada por mis privilegios. He tenido días de profunda reflexión donde me doy cuenta que estar viviendo este intercambio marcará por completo mi futuro profesional y me hará indagar en ideas innovadoras para que como pedagoga pueda llevar, compartir y recibir educación y procesos educativos de calidad.

Educación para superhumanos

La educación para superhumanos, un concepto que  ha sido forjado por innumerables mundos de la  ficción, desde el universo mágico de Harry Potter  hasta la escuela de los “X-Men”, ha desencadenado  en nosotros un profundo deseo de explorar nuestro  potencial más allá de los límites de lo ordinario. Estas  historias ficticias han ejercido un impacto perdurable  en nuestro imaginario colectivo, inspirando tanto a  jóvenes como a adultos de todas las edades. Sin  embargo, al cerrar el libro o salir de la sala de cine,  nos vemos confrontados con la realidad de que la  magia y lo sobrenatural quedan relegados al reino  de la imaginación, sin influencia alguna en  nuestras vidas cotidianas. 

Pero, ¿qué ocurriría si las fronteras entre la fantasía y la realidad se desvanecieran? ¿Y si descubriéramos que la ciencia, en su búsqueda incansable de comprender  el mundo que nos rodea, nos mostrara  que apenas hemos arañado la superficie de  nuestro potencial? ¿Y si lo que consideramos  imposible en realidad es más alcanzable  de lo que jamás habíamos imaginado? En  este ensayo, exploraremos estas preguntas  intrigantes, indagando en la posibilidad de  que la educación para superhumanos no  sea solo un mero sueño de ficción, sino  una senda hacia el desbloqueo de altas  competencias que yacen latentes en  cada uno de nosotros. A medida que nos  aventuramos en este viaje, nos embarcaremos  en un viaje de autodescubrimiento y exploración,  cuestionando los límites de lo que es concebible  y desafiando nuestra propia percepción de lo que  somos capaces de lograr. 

Nuevas evidencias científicas apuntan a que no hemos llegado  al límite de nuestro entendimiento del potencial humano.  Queda un vasto territorio por descubrir, un territorio lleno de  misterios que aguardan a ser desvelados. Sin embargo, para  embarcarnos en esta aventura, debemos estar dispuestos a  dar un salto al vacío, a innovar y a adentrarnos en territorio  inexplorado. 

Así que, sin más preámbulos, comencemos en este momento.  Te invito, querido lector, a que, por la duración de tu lectura de  este ensayo, dejes atrás cualquier prejuicio o suposición que  puedas tener sobre la realidad de nuestro mundo. Acompáñame  a explorar el reino de las posibilidades ilimitadas, donde a  menudo hay más preguntas que respuestas, pero que sin duda aquellas preguntas son el motor que nos conduce a crear  nuevos mundos y realidades. Permíteme invitarte a que  dejes que la curiosidad de tu niño interior, esa versión  de ti que aún creía en lo imposible, despierte y  genere preguntas sobre lo que consideramos  como “hechos”. Juntos, exploraremos un  territorio donde las potencialidades humanas se  revelan en toda su grandeza. 

La educación, a pesar de los avances científicos que han revolucionado nuestra comprensión del mundo, a menudo parece anclada en el pasado. Las nuevas evidencias científicas indican que no hemos aprovechado plenamente el conocimiento disponible para mejorar nuestra experiencia educativa. Es hora de considerar un nuevo sistema educativo, uno que abrace nuestro potencial humano en toda su amplitud. Comencemos por repensar lo que entendemos como “inteligencia”. Tradicionalmente, se ha asociado la inteligencia con la mente y el cerebro, pero ahora sabemos que el corazón también tiene su propia inteligencia.

El Instituto HeartMath explica que existe un estado  llamado “Coherencia”, un estado de armonía entre el  cerebro y el corazón que influye en la salud física, mental  y emocional. En la década de 1990, los investigadores de  HeartMath identificaron un estado fisiológico denominado  “coherencia cardíaca”. Esta coherencia se manifiesta  cuando los sistemas del cuerpo operan en sincronía.  Lo más interesante es que este estado de coherencia  cardíaca no solo influye en los procesos físicos, sino que  también impacta en nuestro equilibrio mental y emocional.  Se ha comprobado que la coherencia cardíaca puede  generarse de manera autónoma. El instituto plantea que  históricamente, en prácticamente todas las culturas,  el corazón se consideraba mucho más que una mera  bomba biológica. Era percibido como un centro de  sabiduría, percepción espiritual, pensamiento y emoción.  La investigación científica actual respalda cada vez más  estas asociaciones, especialmente en el campo de la  neurocardiología, donde se ha descubierto que el corazón  posee su propio sistema nervioso intrínseco, un “cerebro  cardíaco” con más de 40,000 neuronas. Esto le concede  al corazón la capacidad de percibir información de manera  independiente, tomar decisiones y demostrar aprendizaje  y memoria, lo que sugiere que el corazón es un sistema  inteligente por derecho propio (HeartMath, s.f). 

Además, se ha encontrado que el corazón genera  campos electromagnéticos que pueden tener un impacto  significativo en la sincronización de los procesos del cuerpo  humano y, posiblemente, influir en quienes nos rodean.  Cuando aumentamos nuestra coherencia cardíaca,  nos volvemos conscientes de que nuestro corazón está  conectado a una parte más profunda de nosotros mismos,  lo que algunos llaman su “poder superior” o “capacidades  superiores”. Esta conexión nos vincula a un campo cuántico  de información y energía no local, que el físico David  Bohm denominó “orden implicado” y “totalidad indivisible”.  La coherencia cardíaca nos alinea con la inteligencia del  corazón y puede contribuir a un mundo más coherente a  nivel social y global. Esto significa que a pesar de nuestras  diferencias mentales basadas en creencias, crianza y  experiencias, nuestros corazones pueden encontrar la  armonía en una coexistencia compartida (Rozman, 2022). 

A través del tiempo la educación ha tendido a pasar por alto el  desarrollo de la inteligencia del corazón, centrando su enfoque  en el desarrollo de la inteligencia cognitiva. Sin embargo, la  información proporcionada por HeartMath nos insta a reconsiderar  esta prioridad. Pinta un panorama en el que el reconocimiento y  desarrollo por medio de métodos y técnicas prácticas de este centro  de inteligencia se vuelven cruciales para el crecimiento integral  de las personas y, en última instancia, para la construcción de  un futuro esperanzador. Como señaló Albert Einstein, “El nivel de  pensamiento que nos metió en el problema no será el mismo nivel  que nos sacará de él”. Frente a los crecientes desafíos mundiales,  el despertar y desarrollo de una nueva inteligencia centrada en el  corazón se convierte en una necesidad apremiante. 

Esta inteligencia unificadora. No busca diferencias, sino que  reconoce lo que todos tenemos en común. Reconoce que  todos los seres vivos, existen en un estado de interconexión e  interdependencia. Mientras que la mente racional tiende a separar  y dividir para comprender el funcionamiento de las partes que  componen el todo, el desarrollo de la inteligencia del corazón nos  invita a ver la totalidad, la unidad subyacente que nos conecta a  todos. La mente racional tiende a separar y descomponer para  comprender, pero sin una inteligencia del corazón desarrollada,  nos vemos aislados y desconectados de nuestro entorno. El  mismo poder que se ha utilizado para analizar y dividir en busca de  comprensión es ahora responsable de la confusión general, ya que  pasamos por alto las formas en que estamos todos conectados.  Del desarrollo equilibrado de las competencias intelectuales y  afectivas, surge una tercera variante: “…la sabiduría resulta de la  síntesis armoniosa entre el conocimiento, fundamental en la razón  —la prosa de la vida—, la dimensión poética de la existencia y la  locura sabia del amor. El conocimiento global/total de la realidad  tiene que incluir, entre otras, las perspectivas poética y amorosa.  Esta inclusión va a añadir al conocimiento «racional», otras  dimensiones, transformándolo en sabiduría” (Viegas, 2002). 

Desarrollar esta inteligencia pone fin a la indiferencia, ya que  implica que el bienestar del “otro”, incluida la naturaleza, es crucial  para nuestro propio bienestar y viceversa. 

Desde esta perspectiva, imaginar que las personas, a través de  este profundo reconocimiento puedan unirse en mente y corazón  para crear escenarios que consideren el bienestar de todas  las formas de vida, es el resplandor del futuro que nos espera.  Personalmente, creo que esto no solo es posible, sino que es nuestro  destino embarcar en un viaje evolutivo que tiene la capacidad de  transformar no solo la mente y las emociones en sus versiones  más exaltadas, sino también la información genética. En otras  palabras, me refiero a un proceso evolutivo que implica un viaje  de autodescubrimiento, de reconexión con el latido primordial del  universo que permita el nacimiento de la superhumanidad, definida  por una consciencia que se sabe conectada con la totalidad. Este  camino nos ofrece una esperanza renovada en la búsqueda de  un futuro más armonioso y compasivo, donde la co-creación de  escenarios que perpetúen la paz y pongan solución a la violencia  mundial es posible.

Sin lugar a dudas, puede parecer un ideal utópico, no  obstante, es de suma importancia considerar cómo  nuestras creencias arraigadas acerca de la realidad  y la naturaleza misma de la materia actúan como  barreras que limitan nuestra capacidad para percibir  el vasto horizonte de posibilidades que se despliega  ante nosotros. 

En la actualidad, los descubrimientos y avances en la  física cuántica abren la puerta hacia un entendimiento  más intrincado y profundo de los componentes  esenciales de la materia y la energía, lo cual, a su  vez, nos brinda la oportunidad de desafiar todas  nuestras preconcepciones a través de la exploración  de la naturaleza misma de la realidad. Un concepto  fundamental en la física cuántica que merece ser  destacado es el llamado “Colapso de la Función  de Onda”. Este fenómeno se refiere al hecho de  que cuando medimos o observamos una propiedad  específica de una partícula, su función de onda  colapsa, llevándola a adoptar uno de los posibles  estados cuánticos. La conocida “Interpretación de  Copenhague”, elaborada por el eminente físico Niels  Bohr, postula que antes de la medición, una partícula  no posee propiedades concretas; más bien, todas  sus posibles características existen en un estado  superpuesto, colapsando en un estado particular que  corresponde a la medición o interpretación realizada  en el momento de la observación.Otro concepto de  gran relevancia es el entrelazamiento cuántico, que  implica una correlación instantánea entre partículas,  sin importar la distancia que las separe. Esto plantea  la idea de una conexión profunda y enigmática entre  estas partículas, lo cual guarda estrecha relación con  el principio de superposición (López, 2020). 

Este principio nos enseña que las partículas  tienen la capacidad de existir en múltiples estados  simultáneamente, en lugar de estar confinadas a  una sola realidad definida. Esta noción sugiere que  la realidad es flexible y se extiende más allá de las  fronteras de una única posibilidad. En este contexto,  podríamos considerar que la realidad se asemeja a  una amalgama de potencialidades, y solo adopta una  configuración específica en el momento preciso de la  observación. Estos conceptos revelan que existimos en  un universo donde las pre concepciones tradicionales  son desafiadas, y donde la realidad se manifiesta  como un lienzo en constante transformación, cuya  configuración está inextricablemente ligada al acto  mismo de observar y medir. Indudablemente, la  educación se encuentra en una posición propicia  para aprovechar esta comprensión más profunda de  la realidad. Un aspecto crucial radica en cultivar en  los estudiantes la conciencia de que sus perspectivas  individuales ejercen un impacto significativo en la  forma en que experimentan y conceptualizan el  mundo circundante. 

Los hallazgos emanados de la física cuántica insinúan que, hasta  ahora, hemos subestimado en gran medida el tremendo poder de la  consciencia humana para influir tanto en la percepción de su propio  cuerpo como en la configuración del entorno físico que lo rodea.  En esencia, estamos continuamente atribuyendo significados a  los eventos que ocurren a nuestro alrededor, y de esta manera,  definimos la realidad misma. No obstante, este proceso de atribución  de significados suele llevarse a cabo de manera inconsciente, lo que  nos limita en nuestra capacidad para desempeñar un papel activo en  la co-creación de la realidad. En lugar de ello, nos percibimos como  víctimas impotentes cuyas vidas son moldeadas por las circunstancias  que nos rodean, a menudo desprovistos de la capacidad de utilizar  nuestros dones creativos para encontrar soluciones novedosas a  nuestros dilemas personales, y últimamente a desafíos a escala  global. 

Esta perspectiva promueve un cambio paradigmático sustancial. En lugar de educar a las personas con el objetivo de dotarlas de una comprensión más profunda de las interpretaciones predeterminadas del mundo, la educación debería aspirar a formar individuos capaces de redefinir y moldear conscientemente su propia realidad. Este proceso se llevaría a cabo con un compromiso fundamental con el bienestar colectivo, permitiendo que cada individuo ejerza deliberadamente el poder inherente a su conciencia. Lo que resulta particularmente destacable es que no estamos considerando tecnologías externas que potencien nuestras  capacidades humanas, sino que estamos explorando el  vasto potencial transformador de la consciencia en sí. Esta  característica es de alcance universal, accesible para todas  las personas. A diferencia de tecnologías avanzadas que  podrían no estar al alcance de todos, el cultivo de técnicas  para alterar la realidad a través de la consciencia es una  herramienta al alcance de todos, independientemente de  sus condiciones. 

Este enfoque no se limita a la modificación de la genética,  sino que también contempla el desarrollo de habilidades  comúnmente denominadas “extrasensoriales”. Estas  habilidades no son más que las capacidades naturales  que poseemos antes de internalizar creencias que  restringen su pleno funcionamiento, como es frecuente  en la infancia. Este enfoque equitativo y accesible puede  contribuir significativamente a cerrar las brechas de  desigualdad, ofreciendo los beneficios de estas prácticas  a todas las personas,sin importar su situación o condición.

Si la educación dirigiera todos sus esfuerzos hacia la investigación y el desarrollo sistemático de métodos, técnicas y ambientes educativos que promovieran el crecimiento de la consciencia y su capacidad inherente para influir en el mundo material, experimentaríamos un salto cuántico no sólo como sociedad, sino como especie humana. La educación no debería limitarse a transmitir lo que se conoce, sino a reconocer sus propias limitaciones y proporcionar las herramientas necesarias para que las personas se aventuren en lo desconocido, cuestionen lo establecido y transformen las creencias obsoletas en nuevos paradigmas que reflejen con mayor precisión la realidad que deseamos construir. De lo contrario, nos veremos atrapados en el ciclo interminable de miedo, violencia e injusticia que ha caracterizado nuestro mundo actual. Hoy, con la certeza que nos brinda el conocimiento a nivel subatómico, vislumbramos la posibilidad tangible de una “Educación para Superhumanos”. La realización de este concepto representa el primer paso hacia la siembra de las semillas que florecerán en un mundo renovado, cimentado en el despertar de una consciencia colectiva que abraza su profunda interconexión con el vasto universo que nos rodea. En otras palabras, un mundo cuyo fundamento descansa en el poder del amor. Una de las frases imperecederas de Albert Einstein cobra un significado renovado en este contexto: “Para dar visibilidad al amor, he hecho una simple sustitución en mi ecuación más célebre. Si en lugar de E=mc2 aceptamos que la energía para sanar el mundo puede obtenerse a través del amor multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión de que el amor es la fuerza más poderosa que existe. Si queremos que nuestra especie sobreviva, el amor es la única y la última respuesta”.Por ende, ese poder ya está en nosotros, y ahora, en este preciso momento, podemos dar el primer paso para convertirnos en narradores de una historia colectiva de unidad y transformación, pues ya tenemos todos los ingredientes necesarios: consciencia y amor. Todo comienza con transformaciones individuales y continuará hasta que experimentemos un presente en el que el amor sea la norma.