Un anhelo alcanzable
Anhelo nadar más profundo en el mar conocido,
y, a la vez, desbordar los límites de lo que no entiendo al volar.
Pero, ¿cómo avanzar
si solo acarició la superficie del agua?
Me asomo a la inmensidad del misterio,
lo percibo, lo anhelo, su distancia se intensifica,
y el deseo crece en el silencio,
mientras una cola de sirena me ata.
En la soledad de este intento,
mi única compañía son los pensamientos,
vulnerables y llenos de esperanza,
que reflejan mi búsqueda incesante por alcanzar el mar y las estrellas.
Pero no llevan a ningún lugar,
hasta que el canto de esta sirena llegue a oídos de algún capitán
que busque navegar en lo profundo del mar desconocido
y, a su vez, desbordar los límites de lo que entiende al volar.
Pero, ¿cómo avanzar
si solo acariciamos la superficie del agua?
El deseo de escucharte es cada vez más intenso;
ven, sirena, a tocar la superficie del mar.
Busco alcanzar el mar y las estrellas,
sin importar si no puedo respirar bajo el agua para llegar hasta ti,
ni que tú no puedas caminar hacia mí.
En la búsqueda de este intento,
mi única compañía son los pensamientos,
llenos de esperanza.
¿Cómo avanzar
si solo acariciamos la superficie del agua?
Avanzaremos, tenlo por seguro.
Este poema surge como una reflexión sobre el inquietante sentimiento de búsqueda de conocimiento y la interacción entre las limitaciones, barreras y obstáculos en el aprendizaje, tanto propios como ajenos. Mi intención es transmitir
que, aunque compartamos el mismo objetivo, las razones que nos limitan para alcanzarlo pueden ser diferentes.
Sin embargo, en comunidad, podemos apoyarnos mutuamente. Es decir, en la vida, los objetivos se alcanzan en la medida en que adaptamos nuestro quehacer pedagógico a lo que cada persona puede ofrecer y potenciar de sí misma, compartiéndolo con los demás y manteniéndonos unidos por el deseo y la curiosidad de saber, explorar y aprender.