El momento que las voces habían estado esperando
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TRAVESÍA DE UNA POLITÓLOGA: MI ENCUENTRO CON LA EDUCACIÓN Y LA DOCENCIA

Tengo casi un cuarto de siglo estudiando temas educativos. Mi arribo al apasionante mundo de la educación fue en el año 2000, cuando comencé mis estudios de doctorado, en la Universidad de York, en Inglaterra. Por aquellos años y desde entonces me interesaba mucho entender cómo funcionaban los programas sociales que implementaban los gobiernos y cómo, a partir de la política pública se podían diseñar soluciones que ayudaran a resolver los múltiples problemas que enfrentaba nuestro país, particularmente la pobreza y a enorme desigualdad social que era y sigue palpable a lo largo y ancho de México.

En mi casa siempre se habló de política; el estudio estaba repleto de libros de economía y política, y mis papás leían los periódicos todos los días. Cuando llegó la hora de decidir qué estudiar no me costó mucho trabajo elegir. En quinto de prepa supe que quería estudiar ciencia política. Aprendí un poco de historia, de teoría política y filosofía, de economía, política comparada, estadística, matemáticas, opinión pública y de políticas públicas. De esta última disciplina, llevé tres materias (dos del programa de estudios y una optativa). Mi cabeza se voló con mi profe Molinet. Un año después hice una maestría en políticas públicas, y mi tesis me fue llevando al tema educativo, pues elegí estudiar el programa Oportunidades, que finalmente me acercó, ya en el doctorado, al estudio de las becas como un factor que facilitaba procesos de agencia y empoderamiento entre las adolescentes del medio rural que accedían a ellas.

Al terminar mis estudios de doctorado inició otro periodo de mucho aprendizaje en mi vida, ya más desde el ámbito laboral, para vivir de cerca la evaluación de la política educativa, de la mano de mi mentora Tere Bracho.

Tuve la oportunidad de participar en la evaluación de programas como Escuelas de Calidad, o el Programa Cero Rezago Educativo (un programa para abatir el rezago educativo de adultos que llevaba el Instituto Nacional de Educación de Adultos). Y de ahí comencé una carrera más independiente, coordinando varios proyectos de evaluación, como la Evaluación con enfoque de género del Programa Estancias Infantiles para Madres Trabajadoras, en la que participaron varios colegas, hoy amigos muy queridos. En esos años trabajé para la Comisión Económica de América Latina y el Caribe (la CEPAL), con Humberto Soto, y participé en un estudio para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), de la mano de Bob Myers.

Mi vida profesional ha sido un mosaico de experiencias. No solo he sido consultora y evaluadora de políticas educativas (también he trabajado el tema de género) con organismos internacionales, gobierno y sociedad civil organizada, sino que he sido tutora y docente en muchos espacios educativos. En gobierno, además, coordiné un equipo fantástico, como directora general de Directrices de política educativa en el hoy extinto Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).

Hace siete años decidí hacer un giro en mi vida de 180 grados. Me vine como académica de tiempo completo a la Universidad Iberoamericana. Desde este espacio sigo haciendo mis análisis de política educativa y vinculo mi docencia con los temas que investigo. Como cuando era estudiante (de maestría y doctorado, que era becaria) me hace profundamente feliz estudiar y dar clases, y que “encima me paguen”. Además, desde el 2019 eché a andar un observatorio de políticas educativas que se llama “Faro Educativo”. Mi equipo lo  conforman estudiantes de la Ibero que realizan su servicio social. Actualmente también coordino la Maestría en Investigación y Desarrollo de la Educación que ofrece el Departamento de Educación.

Sin duda, lo que más disfruto en la Ibero es dar clases. En la licenciatura en pedagogía imparto las clases de “Sistemas de información para la educación” -que bien podría llamarse “Sistema educativo mexicano, con estadísticas”-, “Política educativa” y algunas optativas como “Diseño de política educativa” o “Sistemas educativos exitosos”; en la Maestría en políticas públicas, “Política y políticas públicas” y “Análisis de políticas públicas”. También he impartido clases en la licenciatura en Ciencia política, como “Evaluación de programas” y en el Doctorado de estudios críticos de género.

Pienso que a partir de mi docencia puedo compartir un poquito de mi experiencia laboral y de investigación, y contribuir con un granito de arena a encender la chispa de curiosidad e interés por la política y la educación en mis estudiantes. Intento actualizarme siempre. Como mi mamá y mi papá, busco estar al día, leer diario, escuchar noticias, tener distintos puntos de vista, estar informada.

Estoy cierto que, para poder transformar el mundo y tener una postura crítica, hay que informarnos. Hoy las redes sociales nos acercan, pero también nos desinforman. La democracia en nuestro país nos necesita. Necesita a nuestrxs jóvenes. Las y los necesita apasionadxs, comprometidxs, informadxs.