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La lectura y su relación con aspectos sociales y educativos

En adhesión con la organización de las naciones unidas para la educación, la ciencia y la cultura (UNESCO), México sostiene que “el fomento de la lectura es una actividad irremplazable para desarrollar adultos productivos y comunidades informadas, en el presente se ve favorecida con las nuevas tecnologías y la comunicación mediante el internet” (2013).

¡El futuro ya nos alcanzó! Individuos conectados 24/7 mientras la inteligencia artificial (ia) hace trabajos mejor y más rápido; constantes y acelerados cambios requiriendo gestión, a la par que la velocidad del pensamiento crítico es menor a la del conocimiento en línea.

La lectura comprensiva está intrínsecamente relacionada con las competencias requeridas tanto en la educación como en el desempeño personal y profesional.

En tanto el libro, como soporte de la escritura, sigue siendo medio de comunicación y subsistencia de la cultura, fundamental para la divulgación de las ideas y el saber. Todos los materiales que admiten transmitir y mantener un texto han sido convertidos en libros.

De las tablas a las tablets, desde los primeros trasladados a elementos tangibles mediante la invención de la escritura que propició su creación, hasta la era digital, el libro ha acompañado al hombre en su formación; conserva en sus letras los secretos de la mente, genera percepciones, enamora y desencanta. Descubrirlo es acceder a la humanidad misma.

Entonces, ¿Por qué disminuye el gusto y el hábito por la lectura de libros en adultos alfabetos en México, a pesar de sus múltiples beneficios, su importancia ante la indiscutida globalización, la accesibilidad física y digital y las políticas públicas de fomento?

Este artículo recopila y analiza información existente, con el fin de ayudarnos a confirmar las cifras sobre lectura de libros en México, entender el impacto de esa reducción, reflexionar al respecto, y persuadir(-nos) sobre una transformación que nos permita acceder de forma consciente, responsable y efectiva a los resultados deseados.

Euclides (325 aC-265 aC) reveló que un plano puede definirse a partir de la unión de tres puntos por medio de rectas; así, independientemente de la simetría, un objeto puede sostenerse sobre tres pilares con estabilidad.

A efectos de este trabajo, haré una analogía conformada por el pensamiento crítico, los libros y la tecnología, impactados a su vez por la trilogía del entorno familiar, el sistema educativo y las políticas públicas, como ejes referentes e irregulares, relacionados entre si y profundamente involucrados en la formación lectora de cada individuo.

Las definiciones a continuación surgen de la revisión y resumen del material de diversos autores:

ENTORNO FAMILIAR: primer espacio para el desarrollo de habilidades y capacidades socioemocionales (Fuertes, 2007).

HÁBITO LECTOR: comportamiento estructurado intencional que hace que la persona lea frecuentemente por motivación personal, lo cual le crea satisfacción, sensación de logro, placer y entretenimiento (Salazar 2006 citado por Del Valle 2012).

LECTURA COMPRENSIVA: actividad personal de manera interactiva, estratégica y constructiva, cuyo objetivo fundamental es llegar a la profundidad del texto, utilizando diferentes estrategias antes, durante y después de la lectura (Liceo Javier 2013)

LIBRO: obra científica, literaria o de cualquier otra índole con extensión suficiente para formar volumen, que puede aparecer impresa o en otro soporte (Real Academia Española, s.f., definición 2).

MOTIVACIÓN: conjunto de razones por las que las personas se comportan de la forma que lo hacen (Santrock, 2002 citado por Naranjo, 2009).

POLÍTICAS PÚBLICAS: organización y administración de un Estado en sus asuntos e intereses. Comportamiento propositivo, intencional y planeado. Se pone en movimiento con la decisión de alcanzar ciertos objetivos a través de ciertos medios: es una acción con sentido. Es un proceso, un curso de acción que involucra todo un conjunto complejo de decisiones y operadores (Encarta 2003 y Aguilar Villanueva citados por Ruiz y Cadenas año).

SISTEMA EDUCATIVO: estructura formada por diversos componentes que permiten educar a la población, con el estado como responsable de su gestión y regularización (Pérez y Merino, 2016).

La Filosofía está, de alguna manera, presente en todo lo que hacemos. Educación es formar el desarrollo adecuado de la intencionalidad cognoscitiva y volitiva.

El comunicado de prensa 2020 del Módulo sobre Lectura (MOLEC) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), informa nuestro status: 4 de cada 10 personas alfabetas de 18 y más años declararon haber leído al menos un libro en los últimos 12 meses vs el 45.9% de 2016; los principales motivos referidos: el entretenimiento 38.7%, trabajo o estudio 27.1%, cultura general 25.5%, religión 7.4%, los % por tema: literatura (42.3%), de uso universitario (35.5%), Autoayuda o religioso (27.5%), cultura general (25.7%) manuales, etc. (7.3%); y para no leer: la falta de tiempo (43.8%), de interés, la motivación o gusto por la lectura (27.8%), por falta de dinero (1.3%); causas persistentes durante los cinco años de levantamiento del programa.

La población lectora se incrementa conforme el nivel de estudios. El grupo de escolaridad que más declaró leer es el que cuenta con al menos un grado de educación superior, así como en cuanto al tiempo dedicado a cada sesión de lectura. Más de la mitad adquiere el material de forma gratuita; el 83% en formato impreso y sólo el 12.3% en digital, siendo el domicilio particular el lugar de preferencia para la lectura (81.5%) vs el 15.3% en centros de trabajo o estudio.

En general, 58.6% declararon haber tenido en su infancia en la casa libros diferentes a los de texto y haber visto a sus padres o tutores leer, 52.5% especialmente a la madre vs 35.5% de “lectura por parte de sus padres/tutores” y 28.7% “fomento de asistencia a bibliotecas o librerías”.

Sobre los estímulos recibidos en la escuela primaria: a 8/10 les pidieron comentar o exponer lo leído, 7/10 fueron incentivados a leer, 6/10 invitados a asistir a bibliotecas ó leer otros libros adicionales a los de texto, aunque los números varían según la fuente de estímulo: 5.5% sin estímulo, 5.1% sólo en el hogar, 14.1% sólo en la escuela, 75.3% en ambos.

Cabe mencionar, que INEGI considera “analfabeta” a la persona de 15 o más años que no saben leer ni escribir un recado. Durante los últimos 50 años (1970-2020) el porcentaje se redujo de 25.8% a 4.7%, aunque esas cifras resultan de preguntar a las personas durante una encuesta si “saben leer y escribir”, independiente del grado en la habilidad lectora (Rodriguez, 2006).

Los resultados para México del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) 2018, que nos permite identificar áreas de oportunidad internas y respecto al resto de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en el apartado sobre “lo que los estudiantes saben y pueden hacer en lectura”, arrojan que sólo el 1% mostró rendimiento superior en lectura, comprendiendo textos largos, tratar conceptos que son abstractos o contra intuitivos, establecer distinciones entre hechos y opiniones, basadas en claves implícitas relacionadas con el contenido o la fuente de información, sin mayores variaciones entre aventajados y desaventajados; y sólo el 45% de los alumnos mexicanos encuestados tienen “mentalidad de crecimiento”.

La enseñanza implica la intención de que alguien debe aprender como resultado de lo que uno hace, y requiere un reconocimiento de parte del maestro y el alumno de que existe entre ellos una relación especial. Asimismo, debe servir a ciertas metas sociales que en la actualidad podemos ligarlas con los conceptos ampliamente aceptados de igualdad, libertad y causas de la democracia, sin perder de vista que siempre acontece en un contexto o circunstancia (Moore, 1999).

Si bien las herramientas agilizan la comunicación, requerimos prepararnos con asertividad, a partir de una transformación positiva en los modelos educativos, permitiendo que la tecnología nos facilite el camino hacia el hábito lector, iniciando potencialmente en el entorno familiar y luego como misión escolar (Pérez y Gómez, 2011).

Gil Anton en su exposición sobre “Las grietas de la educación en México” publicada por El Colegio de México A.C., manifiesta que, aún los estudiantes que terminan la educación media (12 años de escuela), 60% de ellos no saben leer ni escribir de manera suficiente, no aprenden lo necesario; por lo que no logramos ver el volumen de “analfabetismo funcional” que incrementa el rezago educativo anualmente.

En paralelo, el neurocientífico Michel Desmurget entrevistado por la BBC News Mundo, asegura que los jóvenes de hoy son la primera generación de la historia con un coeficiente intelectual (IQ) más bajo que la anterior debido a que los dispositivos digitales están afectando gravemente al desarrollo neuronal de niños y adolescentes, demostrando que cuando aumenta el uso de la televisión o los videojuegos, el coeficiente intelectual disminuye.

Añade que, aún en países con condiciones socioeconómicas relativamente estables como Noruega, Dinamarca, Finlandia, entre otros, la tendencia del “efecto flynn” (aumento del coeficiente intelectual de generación en generación) se está revirtiendo. Atribuye esta condición al tiempo que el infante pasa frente a una pantalla por motivos recreativos, retrasando la maduración anatómica y funcional del cerebro, disminuyendo el desarrollo cognitivo relacionado con el lenguaje y la atención, impactando directamente al rendimiento académico.

Lo que el científico señala como “orgía digital” podría desencadenar en un aumento de las desigualdades sociales y una progresiva división de nuestra sociedad entre una minoría de niños preservada, que poseerán a través de la cultura y el lenguaje todas las herramientas necesarias para pensar y reflexionar sobre el mundo, y una mayoría de niños con herramientas cognitivas y culturales limitadas, incapaces de comprender el mundo y de actuar como ciudadanos ilustrados.

La sociología pretende entender la acción social, interpretándola, para de esa manera explicarla causalmente en su desarrollo y efectos (Max Weber citado por Rojas León 2014).

El compilado sobre hábitos de lectura mundiales «World Reading Habits in 2018”, creado por Glogal English Editing, festeja la victoria de la lectura con los siguientes resultados: India gobierna el mundo en términos de tiempo de lectura, la magia de Harry Potter sigue apareciendo en todas las listas y reinando en Australia, y las niñas lideran cuando se trata de leer ficción.

India, Tailandia y China leyeron la mayor cantidad a lo largo del año con más de 7 horas semanales dedicadas; EEUU, Europa y otros no están rezagados: 7/10 estadounidenses y casi 9/10 en Nueva Zelanda han leído un libro en los últimos 12 meses; los europeos gastaron más en material de lectura por considerarlo una actividad divertida.

Un libro político como “Becoming” de Michelle Obama, en el que comparte su historia como madre, primera dama y activista de la salud, fue extremadamente popular en Grecia, Finlandia, España y Francia. Y a Estonia no sólo le encanta leer, le gustan los libros. Además de superar el tiempo medio de lectura por semana, también posee el mayor número de libros por individuo. Por debajo, Noruega y Dinamarca que superan los 200 libros en propiedad por hogar (Brown, 2018).

La lectura trasciende e impacta; es de las prácticas más necesarias para enfrentar los desafíos de la globalización y los avances tecnológicos, brindando beneficios indispensables para la educación superior y el aprendizaje de nuevas ideas; es la puerta al conocimiento, la imaginación, la innovación y la creatividad, características del pensador crítico. A su vez, el pensamiento crítico es necesario para una lectura analítica y académicamente aceptable (Flores, 2016).

Con la intención de atender el rezago educativo de la población, Adolfo López Mateos creó en 1959 la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (CONALITEG). Vigente hasta la fecha, conforma un programa arraigado para padres de familia y educandos de prescolar, primaria y secundaria, que reciben de forma gratuita y en propiedad 70 libros tras cursar los 12 grados de educación obligatoria. Aunque se debate acerca de los resultados cualitativos y su verdadero impacto en los nuevos retos educativos y el aprendizaje auténtico y situado (Anzures, 2011).

El informe correspondiente a “indicadores del sector editorial privado en México 2019” publicado en 2020 por la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM) que incluye datos anuales sobre la producción y comercialización de libros, representativos del último año y series históricas de los 5 años más recientes, elaborados en coordinación con Información Estadística del INEGI y el MOLEC, y Nielsen- BookScan como responsable de la auditoría de ventas en librerías, siendo un 78% del total del mercado para 2020 (librerías, tiendas departamentales y autoservicios), determina que: 2019 mostró un decremento de 17.7% en producción de títulos: 31% en novedades y 11% en reimpresiones (desde 2015 la reducción ha sido constante: 26 millones de piezas); se comercializaron 123 millones de ejemplares con respeto a 2018, lo que representa una reducción de 7.6%, la 4ta consecutiva (tanto en ediciones nacionales como importadas). Las ediciones de educación básica (inc. CONALITEG) suman un 39% de la participación, tanto en volumen como en valores.

Según datos del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLAC), se dejaron de registrar 11,575 obras de 2016 a 2019 (-7.1% en relación con 2018).

Por último, la lectura de 2016 a 2020 (libros, revistas y periódicos): 83% continúa leyendo exclusivamente impreso, 12% en formato digital (5% + durante el periodo) y 5% en ambos soportes.

Las estimaciones para 2020 de nielsen, reflejando el impacto de covid 19, sugieren un decremento entre 20% y 27% en volumen de ejemplares vendidos.

Son en general económicos, se cuenta con diversas plataformas digitales que contienen títulos libres y la industria editorial no está ajena a la piratería: parecería que la limitante financiera de antaño ya no es restricción suficiente y justificante del bajo porcentaje de la población con rutina lectora.

R M Camacho Quiroz (2013) en su artículo sobre La lectura en México y el 70% de la población que no lee un solo libro al año, reconoce que es un “problema multifactorial” con variables económicas, culturales y pedagógicas, vigente a pesar de promoverse el hábito por medio de diversos programas locales, estatales y nacionales.

Durante la entrevista publicada por la Universidad Iberoamericana en Puebla, el sociólogo Alain Touraine declara que las sociedades con historicidad (capacidad de transformarse) siempre lo hacen desde una cierta imagen de ellas mismas.

El pensamiento de “lo social por lo social” en términos sociales mayúsculos para sociedades minúsculas, que dominó el S XX, se está acabando a partir de un poder sin significado y la celeridad de los cambios. Revela que estamos en el momento global más bajo de democratización y sus condiciones de gobernabilidad; un periodo de crisis profunda de los sistemas representativos y de las ideas, en un mundo de silencio, con poco debate.

Sin embargo, en contraposición a esos poderes absolutos reinantes, siempre existe un sujeto voluntariamente resistente y defensor de la libertad, su libertad, independiente de ideologías políticas o filosóficas, una juventud educada, buscando un futuro, con capacidad para comunicarse entre si y preocupada por la democracia de forma generalizada, defensora de los derechos y la dignidad humana como meta.Con el objetivo de combinar la universalidad con las historias individuales y la cultura.

Sobre esto último vale la pena mencionar algunas afirmaciones de los especialistas que exponen durante la trama de la película “La educación prohibida”: …hay tantas escuelas como realidades sociales, aunque todas aspiren a un ideal común; en general, no es el estudiante el que fracasa, sino que el sistema está enfocado a un desarrollo curricular de contenidos a destiempo con respecto a la evolución del conocimiento, enseñando “verdades” que están en el mapa pero no en el territorio, frustrando mas que propiciando el disfrute del aprendizaje auténtico y la observación como soñador nato. Los errores en el proceso de aprendizaje deben ser bienvenidos, como en la ciencia, para permitir pasar del caos al orden sin respuestas prefabricadas, contrapuesto en gran medida con la planificación curricular tradicional.

Aceptar que el niño tome responsabilidad es impulsarlo a ser un individuo social y cultural que construye basado en necesidades propias, guiado por un docente que propone en lugar de imponer, priorizando el objetivo de enseñar capacidades humanas.

…no hemos tomado conciencia de la estrecha relación y la dependencia entre política y educación, hasta el punto de que una mala política es el fruto de una ausencia de educación, y una mala educación es la consecuencia de una política fallida…

Conforme a datos publicados por el Instituto Federal de Telecomunicaciones de México a septiembre 2020, del total de población, 95.93 millones de habitantes / 27.11 millones de hogares son urbanos y 28.8 millones de habitantes / 7.6 millones de hogares son rurales; 56.2% poseen radio, 45% computadora, 39.5% tv analógica, 73% tv digital y 89.4% telefonía móvil. Asimismo, los usuarios de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) expresados en millones son: 50.85 de computadora, 74.32 de internet y 70.25 de Smartphone. En el periodo correspondiente a 2015-2019 los hogares con internet se incrementaron en un 44% alcanzando el 56.36% y el total de usuarios con actividades realizadas a través de internet alcanzó los 115.06 millones: 91.5% por entretenimiento, 90.16% por comunicación, 90.7% para obtener alguna información y 80.5% para consumir contenidos audiovisuales.

Una cuenta de twitter con 20,000 publicaciones de 100 caracteres promedio es aproximadamente equivalente a las 381,104 palabras (varía de acuerdo a la versión) de “Don Quijote de la Mancha”. Esto significa que un seguidor ha leído la misma cantidad de letras.

Eugenio Severin, en el informe publicado por UNESCO en 2013 (página) sobre -enfoques estratégicos en educación en América Latina y el Caribe-, afirma que:

Aprender ya no es lo que solía ser… las tecnologías ofrecen oportunidades para acceder al conocimiento disponible. El desarrollo de un nuevo paradigma educativo requiere que los sistemas y que cada uno de sus actores desarrollen una importante habilidad para registrar, entender y utilizar los datos que se producen, de manera de apoyar la toma de decisiones a todo nivel, desde la evidencia disponible. Las políticas públicas en educación y tics deben basarse en enfoques contextuales e integrales.

Marianne Ponsford, Directora del “Libro en Cifras” 2016 -boletín anual correspondiente a CERLALC – UNESCO, mencionaba en su editorial la relevancia de las prácticas de lectura propias del entorno digital y la creación de nuevos adeptos, entendiendo las diferencias sustanciales entre un libro y un blog, pero valorando el potencial del aumento de la base. La lectura es la “llave de acceso” a la actual sociedad del conocimiento, donde la información digital tiene valor económico y social y la acelerada transformación difundida a gran escala demanda ciudadanos educados con competencias para enfrentar los cambios futuros.

Quien entiende la información tiene el poder de la decisión, frente a la incapacidad ante cualquier sociedad de quien pierde su capacidad lectora.

México tiene asignaturas pendientes en cuanto a la promoción, el fomento y la formación de buenos lectores. Dos razones: la falta de hábitos de lectura y la crisis económica, enfrentados a obstáculos como el analfabetismo, el rezago educativo y la prominente edición de libros de texto y best-seller, aunado a la relevancia de las empresas televisivas sin “gimnasia mental” (Gutiérrez, 2005).

La investigadora de la UNAM, Bertha Orozco F., explica que los proyectos curriculares son propuestos por determinados sujetos en relación con sus intereses frente a la educación y su intención de mejora. A través de ese proyecto se establece un vínculo de servicio y atención hacia las comunidades. De allí la trascendencia del modo de pensar de dichos sujetos y las variables del tejido social involucradas, locales y globales.

En su exposición sobre currículo escolar y evaluación, la Dra. Díaz Barriga, hace referencia a las cinco características del desempeño estudiantil para tener en cuenta en una valoración auténtica y las preguntas metacognitivas estratégicas que el alumno debería hacerse para una auto y coevaluación, aclarando que no se trata de un reemplazo de instrumentos sino de mentalidades y prácticas.

La Nueva agenda por el libro y la lectura: recomendaciones para políticas públicas en Iberoamérica de CERLALC, en su apartado -lectura y escritura como herramientas para la democracia señala que el libro sobrevivió a los vaivenes de cada periodo siendo un símbolo, instrumento práctico y parte indisociable del metasistema de mediaciones que representan las democracias; no obstante, la lectura como experiencia de consumo nunca estuvo tan comprometida como ahora en la competencia y en la colaboración con otras formas de consumo cultural. Existen al menos cuatro factores que influyen en la evolución de la lectura: la sobreestimulación (mensajes y contenidos), la multimediatización de los contenidos, la pérdida de significación de los contextos de lectura y el comportamiento social de los lectores. De la gestión de los entornos dependen cada vez más, los resultados del estudio de los escolares y del trabajo de las personas adultas. Nuevas formas integradas de lectura, de ocio y de producción.

Es evidente que no pueden faltar los planes de gobierno que deben seguir sosteniendo y acrecentando las acciones de promoción de la lectura de libros; activar las experiencias de lectura más eficientemente, como significación innegable para el empoderamiento de los lectores como ciudadanos democráticos.

…Leer únicamente por una calificación en un examen y esas cosas… no diré que ahí reside la locura, pero ahí reside el tedio.

La lectura de libros ilustra, da tema de conversación, incita la relajación, ejercita el cerebro e incrementa la velocidad de respuesta. Quien mantiene una relación profunda con la lectura crítica, se vuelve intelectualmente curioso y creativo, deseable y competitivo en un mundo globalizado, desarrollando competencias a la altura de la disruptiva “sociedad del conocimiento” actual e inmediata. En nuestro caso, las cifras ostentan una disminución constante en el hábito de lectura de libros que, al igual que los pendientes en educación, responde a razones multifactoriales entre el entorno, las instituciones y las políticas públicas.

Esto se corrobora con la reducción significativa en la producción y comercialización de libros y el porcentaje de alumnos con niveles superiores en lectura comprensiva.

Son indudables los esfuerzos presupuestarios destinado a libros de educación y planes de fomento a la lectura, así como múltiples las técnicas y estrategias disponibles para alcanzar los objetivos de motivar y motivarse en el ejercicio, con la “conectividad” que nos acerca y pone disponible información impensable en otros tiempos; sin embargo, obtenemos resultados limitados.

Está comprobado que leer se aprende; de allí la importancia de su inclusión temprana en la educación y su motivación extrínseca e intrínseca.

Si bien el alfabetismo se relaciona con la educación elemental, y que su definición varía de un país a otro, un sistema educativo exitoso no necesariamente erradica los problemas de analfabetismo.

A considerar: la existencia de libros diferentes a los de texto, haber tenido que exponer lo leído y haber visto a sus padres/tutores leer en sus hogares.

En paralelo, a nivel mundial se sigue leyendo con éxito por diversión, y la ciencia registra el impacto que genera el abuso de dispositivos digitales por motivos recreativos sobre el desarrollo cognitivo de las nuevas generaciones. Mientras UNESCO reconoce la oportunidad que representan, INEGI confirma la baja penetración de la tecnología dedicada a la lectura de libros. El acceso a internet y el uso de las TICs, aún con camino por recorrer, han demostrado ser contundentes en entretenimiento, mas no como herramientas de estudio.

Afortunadamente, se sostiene la esperanza sobre el pensamiento crítico como semilla de una evolución educativa que permita el desarrollo significativo.

Es entendible la circunstancia de coexistencia del libro con el sobre-estímulo y el consumo. Dependerá de cada uno y de todos como sociedad, encontrar las alternativas creativas que den justa medida a cada ámbito, priorizar conforme a relevancia y trascendencia, transmitir la urgencia de alcanzar de forma general un pensamiento crítico por medio de los libros y el uso de las TICs.

En un paralelismo entre el libro y el ser humano, desdeñar el hábito y el gusto por la lectura de libros, conectarse sólo con instantes de contenidos incompletos e inmediatos en lugar de escudriñar la longitud y maravillarse con el proceso entero, parecería una enajenación de la existencia misma.

Debemos evolucionar en la tarea de conquistar el hábito lector por gusto, como instrumento irremplazable, con acciones concretas para su desarrollo y con tecnología aplicada.

Que cada individuo sea capaz de descubrir los fascinantes y múltiples mundos detrás de cada texto, en el entendido que todo en esta vida es susceptible de lectura.

Referencias

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