El momento que las voces habían estado esperando
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El idioma del mundo: LA MÚSICA

Y ahí se encontraban ambos; dos hombres nacidos a tan solo 155 km de distancia uno del otro. Y a pesar de la corta distancia física que los separaba al nacer (una distancia similar a aquella entre la Ciudad de México y Morelos) existía una distancia social infinita que los mantenía separados. Habitantes de un mismo lugar, y a la vez, de dos mundos cual agua y aceite. Sin embargo, ahí estaban.
Yo los veía. Los escuchaba. Rompiendo con el silencio formidable del Auditorio Blas Galindo en el Festival Internacional de Piano “En Blanco y Negro, ¡y todos los colores!” del CENART en la Ciudad de México. El pianista israelí, Kohlberg, miró a su amigo palestino Haroni a los ojos y, sin mencionar palabra alguna, sus manos reaccionaron al unísono para concluir el programa de esa tarde con la “Danza del sable”.

El conjunto pianístico formado por Yaron Kohlberg y Bishara Haroni, o como ellos se hacen llamar, “El Dúo Amal”, surgió en el conflictivo Medio Oriente en el año 2008. Además de ser conocidos por su virtuosidad, también se han convertido en un símbolo universal de amistad y esperanza entre su gente y el mundo mismo. Esa tarde, en el auditorio, su música me sumió en una pequeña reflexión. Reflexión que establece lo que es, en mis ojos, la enseñanza más especial que la música conlleva: Aprender a escuchar.

Lo que podría ser simplemente una acción obligada al referirnos a un arte que se comunica a través del sonido, marca para mí, toda la diferencia cuando se trata del desarrollo humano. Hay un íntimo aprendizaje que todo aquel que se acerque a una comunidad musical puede adquirir. Aprender a escuchar. Hacer música no solo implica habilidades técnicas y teóricas. También, abarca prestar nuestros
oídos a la voz del compositor, del director, de los demás y la que nos pertenece. Es escuchar ese diálogo que se crea en conjunto. Cuando uno asiste a una experiencia musical, ya sea como intérprete u oyente, un concierto de pop o un concierto clásico, se crea un diálogo universal efímero. De repente si la persona de al lado se parece a nosotros, si tiene pensamientos similares o no, si le gusta el azul o el verde, son todos datos que pasan a un segundo plano. Simplemente
nos detenemos, a escuchar lo que sea que se desenvuelva en las
siguientes horas.

Por otro lado, aprender a escuchar también implica un desarrollo práctico. Es bien sabido que tocar algún instrumento tiene beneficios cognitivos. Al tocar, utilizamos todas las partes primarias de nuestro sistema nervioso central (John Dani, 2017). No importa si se trata de un niño de 5 años o un adulto de 65, practicar un instrumento nos obliga a tomar decisiones, prever un siguiente paso, y a recibir estímulos sensoriales y emocionales. Todos, beneficios que constituyen un ejercicio ideal para nuestro cerebro.

Sin embargo, este desarrollo se queda corto si no compartimos la música con los demás. Participar en ensambles, orquestas, o en una banda nos permite adquirir habilidades sociales íntegramente. “Un niño en una orquesta es un niño que aprende a respetar a los demás, a meditar, a extraer. A trabajar en equipo, a entender la generosidad, y a apreciar el silencio” dice Alondra de la Parra, directora de orquesta mexicana, en una de sus tantas conferencias (Parra, 2023). Sus palabras resuenan todavía en mi cabeza, pues cobran sentido al compararlas con mis propias experiencias. Cuando te dispones a tocar con los demás, la música se vuelve de todos. No basta con dominar tu parte; necesitas conocer, escuchar e integrar las partes ajenas para lograr comunicar una expresión. Al tocar en un grupo, eres un engranaje más, conectado a un complejo sistema completamente humano. Me animo a afirmar que si creáramos una orquesta en cada rincón de este mundo, habría un panorama más claro. Pues, ¿qué es el conflicto, la guerra, y el odio sino una negación misma a escucharnos?

Daniel Barenboim, un pianista y director de orquesta israelí y palestino que, al igual que el Dúo Amal, cree que la música tiene la capacidad de borrar fronteras, dice: “La gran música es el resultado de una escucha concentrada. La armonía, en un contexto interpersonal, sólo existe a través de la escucha, donde nos abrimos a la narrativa y perspectiva del prójimo” (Barenboim, 2015).
Tal como indica Barenboim, la música representa una herramienta que nos permite escuchar para llegar a comprender una parte del otro. Un pensamiento que podría considerarse un tanto idealista pero que, a pesar de eso, recibo con entusiasmo.
Necesitamos ese idealismo, uno que nos permita conocer el mundo, enfatizar nuestra humanidad, darle cuerpo a aquello que
sentimos y encontrar una fuente de motivación.

 

LA MÚSICA ES UNO DE LOS REGALOS MÁS ANTIGUOS DE ESTE PLANETA,
TODO SER VIVO LA CONTIENE. A TRAVÉS DE ESTA REFLEXIÓN, TE INVITO A VIVIR LA MÚSICA. TAL VEZ, SOLO TAL VEZ, ELLA ES EL HILO CONDUCTOR QUE NECESITAMOS PARA APRENDER A ESCUCHARNOS PLENAMENTE.

 

 

  • Sally Sapega, S.S. (2017). Playing an Instrument: Better for Your Brain than Just Listening. Recuperado de https://www.pennmedicine.org/news/news-blog/2017/january/playing-an-instrument-better-for-your-brain-
    than-just-listening el 21 de septiembre del 2024.
  • Daniel Barenboim, D.B. (2015). The Barenboim-Said Akademy – History. Recuperado de https://www.barenboim-
    said.de/en/about/history el 18 de septiembre del 2024

Aprendizaje emocional a través de canciones

Al pensar en mis experiencias de aprendizajes emocionales encontré una similitud entre todas. Todas estas etapas de crecimiento fueron acompañadas por canciones, libros y películas. Muchas de estas etapas fueron acompañadas por una de mis artistas favoritas: Lorde.

El álbum Pure Heroine —en español, Heroína pura—, es el primer álbum de Lorde, publicado en 2013. Este álbum explora la adolescencia, critica la cultura pop, las interacciones entre clases sociales, y la percepción de la autenticidad. Mis canciones favoritas del álbum son ribs y buzzcut season (altamente recomendadas). Este primer álbum me acompañó en mi adolescencia, y me hizo sentir acompañado en el miedo de crecer.

Ribs

Ribs es un himno de mi adolescencia, en donde tenía mucho miedo de crecer, y del futuro. Ahora cuando escucho esta canción, me da un poco de nostalgia, y extraño la persona que era. Ribs es una canción etérea, que solo puede ser descrita como una experiencia auditiva que te atrapa desde los primeros 5 segundos.

El segundo álbum de Lorde, Melodrama, fue el soundtrack de mi primer amor. Este álbum, según la revista Rolling Stones, está entre los mejores 500 álbumes de la historia. Todas las canciones encapsulan las emociones de un primer amor perfectamente, y recomiendo escucharlas todas.

Este recorrido por los primeros dos álbumes de Lorde fue necesario, porque me acompañaron en etapas de mucho aprendizaje emocional durante mi adolescencia; acompañándome cuando me sentía asustado, y en mi primer amor. En estas dos etapas hubo mucho crecimiento, pero su tercer álbum, Solar Power, me ha acompañado los últimos dos años, en donde he tenido un crecimiento emocional exponencial. Este álbum dividió mucho a los fans de Lorde, ya que no es el “estilo” de los álbumes pasados, y toca temas más abstractos como el calentamiento global, y el paso del tiempo. Yo describo Solar Power, como un álbum de veneración al sol.

Definitivamente, la experiencia de aprendizaje, no solo emocional, sino de quien soy como persona, más grande que he tenido en mi vida, es la exploración (en la que sigo) de mi identidad de género.

La primera vez que el pensamiento “chance no seas una niña ” pasó por mi mente lo que sentí fue terror, ansiedad, e intenté desterrar ese pensamiento de mi mente. Por dos años ese pensamiento regresaba en los momentos más raros, y cada vez más persistentes, hasta que no lo pude ignorar, y decidí dejarme cuestionar que significaba para mí ser mujer, ser hombre, ser los dos, ser nada. Dar ese brinco fue aterrador, porque sentía que estaba abriendo una puerta que muy probablemente no se cerraría otra vez.

En esta etapa de ansiedad, y cuando empezaba a cuestionarme, la canción Secrets From a Girl (Who’s Seen It All) fue como un apapacho, y me dio la valentía para aceptar la respuesta (la que fuere) a la pregunta: “¿qué eres?”.

Secrets From a Girl (Who’s Seen It All)

Lorde escribió Secrets From A Girl, para su yo del pasado. Para mí, esta canción es mi yo del futuro diciéndome a mi yo de ahora, que todo va a estar bien. La línea de “todos quieren lo mejor para ti, pero lo tienes que querer para ti mismx” siempre me pega, porque a veces actuó sin ponerme a mí mismo primero.

Cuando ya tenía la idea de que mi identidad de género era más masculina que femenina, empecé a hablar con mis amigos más cercanos, y con mi familia.

Todos me aceptaron, celebraron, y ayudaron a empezar a construir qué es lo que significa ser hombre para mí. En esta construcción personal del género, empecé a cuestionarme si había elegido “el camino correcto” de transicionar y me sentía muy solo. Stoned at the nail salon me permitió hacer aún más introspección, y me hizo darme cuenta de que “amo esta vida que tengo”, y que al final del día, soy la misma persona. Darme cuenta de esto, me permitió tener más confianza en mí mismo.

Stoned at the Nail Salon

El primer verso en Stoned at the Nail Salon es hermoso. Amo la imagen de la espoleta, y lo que representa. Lorde mencionó en uno de los correos que le manda a los fans a veces, que los dos lados del hueso de alguna manera representan la dualidad de su vida personal y su vida pública. Estas dos dualidades están conectadas en su persona. Sin importar mi identidad de género, siempre voy a ser yo.

Este álbum tiene muchas canciones que me han acompañado y ayudado a entender mis sentimientos. Una de mis canciones favoritas, y que merece ser mencionada es Mood Ring una canción satírica del wellness culture, la cultura del bienestar. Menciona recargar cristales, la meditación, hacer yoga, y quemar salvia, para sentirse mejor emocionalmente. Aunque hagamos todo eso y a veces más, estos rituales no siempre son lo suficiente para hacernos sentir mejor.

Lentamente, me siento más cómodo con quien soy, y con menos miedo de ser quien soy, pero todavía me da ansiedad ser diferente y mi situación. The Path es la canción que actualmente más escucho, porque el mensaje que me da es de paz. Al principio de mi exploración de mi identidad de género, sentía mucho miedo. Todavía siento ansiedad, pero estoy mucho más cómodo con quien soy. Esta canción me ayuda a transformar el miedo en esperanza y curiosidad.

Todo va a estar bien, y el sol nos va a enseñar el camino.

The Path

  • Antonoff, J & Yelich-O’Connor, E (2021). Solar Power [LORDE]. Solar Power [digital].Auckland, New Zealand: Universal. (2020)
  • Antonoff, J & Yelich-O’Connor, E (2021). Secrets From a Girl (Who’s Seen It All) [LORDE]. Solar Power [digital].Auckland, New Zealand: Universal. (2020)
  • Little, J & Yelich-O’Connor, E (2013). Ribs [LORDE]. Pure Heroine [digital].Auckland, New Zealand: UMG. (2012-2013)