Son muchos los factores que afectan, influyen o interfieren con nuestros procesos de enseñanza-aprendizaje y las funciones cognitivas que entran en juego para que éstos puedan llevarse a cabo. Factores tales como el entorno y la manera de relacionarnos con él,la salud mental y los hábitos conductuales pueden ser tanto benéficos como nocivos para la generación de un aprendizaje significativo y profundo.
En los años recientes, la tecnología ha llegado a permear casi todos los aspectos de la vida,desde el ámbito laboral hasta el escolar, pasando por aspectos tan relevantes para el desarrollo y la formación de la identidad como lo son la socialización, la búsqueda de información, el tiempo recreativo y la exposición a distintos géneros de contenido, incluyendo música, arte y cultura.
Estudios realizados en la última década entre los cuales, por ejemplo, se encuentran los de Alter (2017), Sabieddiene (2023) y Sánchez (2009), han demostrado los efectos que la exposición digital tiene sobre la atención, la motivación en el aprendizaje y la generación de neurotransmisores importantes en la formación de experiencias de placer, relajación y gratificación tales como la serotonina y la dopamina, dejándonos más propensos a la adicción, a la pobre autoestima y a la dificultad para hacer frente a los desafíos en los procesos de enseñanza-aprendizaje, entre otras cosas.
Además, es extensa la bibliografía que demuestra una correlación entre el uso excesivo de aparatos digitales en edades tempranas con una conciencia menos desarrollada de procesos emocionales, la cual se denomina alexitimia (Sevilla Cueva, 2021) y del propio cuerpo, es decir, de la propiocepción e interocepción. Entre otras causas, ésto puede deberse a la conceptualización del cuerpo como una imagen determinada más que como una experiencia multidimensional. Además, existe una tendencia a hacer frente a emociones que generan displacer tales como el estrés, la soledad, la ansiedad y el aburrimiento con constante “scrolling”, lo que podría comprenderse como un mecanismo de evasión. (Alter, 2017).
En resumen, es importante encontrar estrategias que permitan el trabajo en múltiples frentes; la atención, la gestión emocional, la postergación de la gratificación (que va de la mano con la motivación a largo plazo), el conocimiento y la exploración del propio cuerpo y el trabajo con la introspección y la autoconciencia.
Una posibilidad es llevar la mirada hacia técnicas antiguas cuyo enfoque en el desarrollo humano era integral, partiendo de épocas previas a los enfoques utilitaristas que permearon el concepto de educación y desarrollo en occidente con la llegada de la revolución industrial, la división del trabajo y el énfasis en la hiper-especialización. Me refiero a técnicas y sistemas cuya visión del humano es más holística, reconociendo el vínculo estrecho que existe entre los procesos del cuerpo y de la mente, de los pensamientos y lasemociones y del individuo con el entorno. Una de estas técnicas es el yoga, que si bien hoy en día se puede encontrar en la mayoría de gimnasios, parques y revistas de salud, es un sistema más complejo, originario de la India, que trabaja no solamente con el cuerpo y que, hasta antes del siglo 20, era prácticamente desconocido en occidente.
Aproximadamente 2 siglos antes de Cristo, el sabio hindú Patanjali hizo una recopilación de sutras, que son pequeños aforismos y preceptos relativos al tema de alcanzar la iluminación (samadhi) y nos muestran las 8 ramas diferentes que componen la disciplina del yoga (ashtanga), éstas son:
Yamas o principios básicos de la conducta para con los demás con el objetivo de hacer bien y no causar daño.
- Niyamas: conductas o hábitos que practicar para cuidar de nosotros mismos.
Práctica de asanas que es lo que se conoce como la práctica de posturas físicas.
- Pranayama o práctica de ejercicios que implican a la respiración para purificar y crear vigor, claridad y equilibrio en las energías del cuerpo y de la mente.
Pratyahara que consiste en la meditación dentro de la cual se practica el no permitir que la mente sea distraída por ningún tipo de estímulo sensorial.
Dharana, que se refiere a la práctica de la atención plena, de la concentración.
Y, finalmente, Samadhi que es el proceso final de iluminación en el cual cesamos de identificarnos con procesos cognitivos, estados temporales y adquirimos conciencia de la unión con todo aquello que está más allá de nosotros. (Dakini, 2021) (Ravi Shankar, 2012).
Los beneficios para el practicante moderno son muchos; en primera instancia está el énfasis en el auto-cuidado y en el generar conductas que conduzcan a interacciones satisfactorias, lo cual tiene ciertas similitudes con las propuestas para lidiar con la ansiedad y la depresión hechas por psicólogos de la tercera generación, como Beck, entre otros.
Por otro lado, el aspecto meditativo se compone de diferentes fases y elementos, permitiéndonos obtener práctica y destreza en distintas habilidades cognitivas ligadas a la atención como lo son la atención plena, la focalización, la concentración, la observación y la introspección, prácticas que a su vez, favorecen la memoria de trabajo y a largo plazo, el desarrollo de inteligencia emocional y gestión de los estados afectivos, la oportunidad de percatarse y reevaluar distorsiones cognitivas…etc. Inclusive, las terapias cognitivo-conductuales han abierto sus puertas a metodología basada en mindfulness con buenos resultados para trabajar con ansiedad, depresión, TDAH y estrés, entre otras cosas. (Vásquez-Dextre, 2016)
La práctica de asanas y de pranayama permiten una exploración libre del propio cuerpo,
que contenga elementos tanto lúdicos como rituales. Se enseña al practicante a sentir a detalle el efecto del trabajo realizado sobre su estado mental, sus sensaciones físicas y el flujo de sus pensamientos. Además, la práctica física trabaja con cualidades como vigor, fortaleza y la capacidad para mantenerse presente, combatiendo las tendencias a la evasión que surgen durante momentos de esfuerzo, incomodidad y cansancio. Esto genera una voluntad fuerte y resiliente, capaz de permanecer ecuánime en circunstancias que podrían generar malestar, incomodidad o disgusto.
En los Yoga Sutras de Patanjali, podemos encontrar una de las definiciones básicas más sintetizadas y completas que nos revelan cuál es el propósito de esta disciplina y qué alcances pretende tener. “Yoga citta vritti nirodha” dice este sutra, que traducido significa “El yoga es el cese de las fluctuaciones de la mente”. (Ravi Shankar, 2012) Por otro lado, según Mahadev Desai como se citó en Gaytán (2022), yoga significa la disciplina del intelecto, la mente, las emociones y la voluntad. Es por esto que, en resumen, son múltiples los beneficios que se pueden obtener de explorar y profundizar en una disciplina como el yoga.
Además de los ya mencionados, cabe destacar que el trabajo con los aspectos de movilidad/estabilidad, elasticidad/fuerza y actividad/quietud entre muchas otras polaridades, da por resultado una experiencia viva del punto de equilibrio, tanto en el plano físico como en lo mental y emocional.
Asimismo, la búsqueda de la calma y quietud interior se aborda desde un trabajo previo. El trabajo corporal con las asanas o posturas podría comprenderse como una meditación en movimiento. Esta aproximación es especialmente amable para niños y adolescentes o personas con hiperactividad y ansiedad que tengan dificultades para llegar a los estados que favorezcan el aprendizaje, la introspección y la asimilación duradera de contenido. Es por esto que considero que el yoga es una herramienta abarcativa e integral para trabajar con muchas de las problemáticas de índole psicológico a las podemos enfrentarnos hoy en día en las aulas de aprendizaje.
Además de permitirnos trabajar con múltiples aspectos, puede enseñarse en los diferentes grados de escolaridad, a todas las edades. La investigación científica está abriendo sus puertas cada vez con más receptividad a la exploración de disciplinas milenarias como lo es el yoga y la meditación y a constatar las múltiples razones por las cuales deberían de ser practicadas con mayor frecuencia e incluídas en diversos ámbitos de la vida moderna.
Alter, A. (2017). Irresistible: Why we can’t stop checking, scrolling, clicking and watching. Random House.
Dakini, J. (2021). Historia del Yoga. Formación de Maestros. (Pdf impreso) Yoga Espacio.
Gaytán, G. (2022). Ego y narcisismo en la práctica del yoga. Universidad Intercontinental, México.
Ravi Shankar, S. S. (2012). Yoga Sutras de Patanjali comentado por Sri Sri Ravi Shankar. Buenos Aires, Argentina: Sumeru.
Sabieddine, L. (2023). Reclaiming my attention span: My week without TikTok. UWIRE Text, 1-1.
Sanchez, C. A., & Wiley, J. (2009). To Scroll or Not to Scroll: Scrolling, Working Memory
Capacity, and Comprehending Complex Texts. Human Factors, 51(5), 730-738.
Sevilla Cueva, L. D. C. (2021). Adicción al internet asociado a alexitimia en estudiantes de Medicina.
Vásquez-Dextre, Edgar R. (2016). Mindfulness: Conceptos generales, psicoterapia y
aplicaciones clínicas. Revista de Neuro-Psiquiatría, 79(1), 42-51.