El momento que las voces habían estado esperando
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EL ARTE DE LA PEDAGOGÍA- EL THYSSEN UN MUSEO PARA APRENDER DISFRUTANDO

JOSÉ MARÍA GOICOECHEA GARCÍA
Director de Comunicación
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza
Paseo del Prado 8
28014 Madrid-España

Pasados unos minutos de las diez de la mañana, la hora a la que abre sus puertas el museo cada día, lo habitual es encontrarse el vestíbulo principal lleno de los más variados grupos de estudiantes: desde los más pequeños (que avanzan en fila, tomados de la mano de dos en dos siguiendo a sus profesores), hasta los adolescentes (casi siempre con cara de querer estar mejor en otro lugar), pasando por algunos de escuelas privadas (sus cuidados uniformes los delatan). Esto es así porque desde sus inicios, en 1992, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza ha contado con un muy activo, creativo y vanguardista departamento de educación, que se empezó a llamar EducaThyssen a raíz de la construcción de su primera página web (www.educathyssen.org) y que así sigue siendo conocido, y reconocido, por mucha gente, en muchos países.

Tomando en cuenta todos estos factores, la realidad es que, siempre y cuando exista un uso responsable, planeado y supervisado de estas herramientas, se puede llegar a tener todos los beneficios que se han mencionado anteriormente; tener un aprendizaje más significativo, un mejor desarrollo psicomotriz, una relación más directa con el mundo, y por supuesto, mejores herramientas para poderse adaptar al mundo digital.

EducaThyssen se encarga de ofrecer contenidos, colaboración y asistencia a multitud de centros de enseñanza y a varias generaciones de profesores; también organiza actividades educativas destinadas a familias; y tiene una serie de programas con un marcado carácter social orientados a todo tipo de colectivos con capacidades diferentes. En su declaración de intenciones, desde EducaThyssen dicen: “Trabajamos por una manera distinta de ser y estar en el ámbito de la cultura. Nos gusta ser parte activa y cuidar del ecosistema educativo. Buscamos habitar el museo poniendo el foco en la dimensión poética del arte”.

Pero más allá de la acción pedagógica planificada, ordenada y dirigida a públicos concretos el Museo Thyssen-Bornemisza (en realidad cualquier museo, pero vamos a hablar de ese) es en sí mismo un lugar para educarse. La colección Thyssen-Bornemisza, origen y base del museo que lleva su nombre, llegó a España, como se ha mencionado más arriba, en 1992, cuando el Estado compró casi un millar de cuadros a Hans-Heinrich Thyssen-Bornemisza, perteneciente a la tercera generación de una familia de coleccionistas de arte, cuyo mayor deseo era ver expuestas al público, a todos los públicos, esas obras maestras de la pintura que había heredado, en parte, y comprado, luego, durante cuarenta años. Así, esos cuadros pasaron a formar parte del patrimonio artístico español para disfrute de todos. Siempre decimos, y así figura en nuestro logo, que somos “el museo de todos”. Y lo somos por esa condición de institución pública y por la voluntad de que todos se sientan en el Thyssen como en casa.

A los pocos meses de su inauguración, recuerdo que vine a visitarlo (en ese momento no me podía imaginar de ninguna manera que terminaría trabajando aquí mucho tiempo después). Había terminado un par de años antes mis estudios universitarios de Historia y de Periodismo, tenía todavía frescas las clases de historia del arte y me fascinó encontrarme en aquellas salas, cara a cara, con algunos de los cuadros icónicos que ilustraban los manuales universitarios que había manejado durante la carrera, con conocidas y reconocidas obras maestras. Y aquí está una de las claves de este museo en particular, pues ofrece un auténtico paseo por la historia del arte occidental desde el siglo XII al siglo XX, con prácticamente todas las principales corrientes y estilos pictóricos muy bien representados: renacimiento, barroco, impresionismo, expresionismo abstracto, pop-art… entre muchos otros, y con una excelente muestra de los grandes, grandísimos nombres de este mundo: Carpaccio, Van Gogh, Rubens, Rembrandt, Delaunay, Caravaggio, Tintoretto, Picasso…

Sin quererlo, sin darse cuenta –podríamos incluso decir que aunque no quieran–, cada uno de los visitantes de las salas de la colección Thyssen-Bornemisza sale a la calle después de una o dos horas de recorrido (la velocidad la decide cada cual) habiendo vivido una auténtica lección de historia de la pintura de la mejor manera que se puede experimentar, con los auténticos cuadros ante sus ojos, al alcance de la mano; es una forma de hablar porque, evidentemente, no se pueden tocar… Bueno, eso no es del todo cierto, pues en un par de ocasiones, con motivo de alguna exposición temporal se han mostrado reproducciones táctiles, en tres dimensiones, para que las personas con dificultades de visión pudieran sentir, “ver” con sus manos, cómo eran las flores de un jardín pintado por Renoir, por ejemplo.

Ya que hemos hablado de las exposiciones temporales, hay que contar que son uno de los motores de la actividad del museo. Se organizan como mínimo cinco de estas muestras cada año, siempre con la intención de enseñar bien a artistas populares desde otros puntos de vista, bien descubrir a pintores menos conocidos; también se relacionan autores y obras desde un punto de vista temático y se exhiben creaciones de jóvenes artistas; hay revisiones históricas y planteamientos estrechamente ligados a cuestiones de actualidad (feminismo, decolonización, ecología…). De nuevo, es casi imposible salir de una exposición temporal sin haber aprendido algo, en ocasiones mucho. Y para quien quiera saber más, siempre está el catálogo o cualquier otra publicación relacionada.

Se organizan charlas, debates, congresos, simposios y conferencias. Se ofrecen ciclos de cine inspirados en una exposición concreta o en un movimiento artístico. Hay conciertos y se graban vídeos de los más variados músicos frente a tal o cual cuadro y mucho de esto queda registrado y al alcance de todos en la página web del museo (museothyssen.org) que es un museo alternativo al que se puede acceder (gratis) desde cualquier lugar y desde cualquier dispositivo.

El museo virtual es ya casi tan importante como el museo físico. Y parte de este museo virtual son las redes sociales,mediante las cuales la comunicación con seguidores, fans y amigos de todo el mundo está asegurada, y por ellas somos muy conscientes de la enorme aceptación y simpatía con las que el Museo Thyssen-Bornemisza cuenta en América Latina. Hay mucha gente que no ha visitado todavía Madrid, y mucha que quizá nunca viaje hasta aquí, y por lo tanto que no ha cruzado las puertas del museo, pero que conoce nuestras salas, nuestros cuadros y nuestras exposiciones tan bien, y a veces incluso mejor, que quien ha pisado estos pasillos.

En la naturaleza de un museo está implícita la misión educativa: en la selección de lo que se muestra, en las explicaciones que lo acompañan, en los recorridos que se ofrecen, en las actividades que se organizan, pero nunca se puede, ni se debe, olvidar que entramos en uno de estos lugares para disfrutar, para pasarlo bien que es, estoy convencido, la mejor forma de educar y de aprender a formar parte del patrimonio artístico español para disfrute de todos. Siempre decimos, y así figura en nuestro logo, que somos “el museo de todos”. Y lo somos por esa condición de institución pública y por la voluntad de que todos se sientan en el Thyssen como en casa.

 

¿CÓMO LLEGUÉ AL MUNDO DE LA EDUCACIÓN?

Les quiero compartir que, entre los 14 y 16 años, me replanteaba constantemente aquella decisión vocacional que daba sentido a una misión y razón de ser en el mundo. Por algún motivo, en aquel momento, llegué a un grupo juvenil de co-apoyo en una parroquia cercana a mi domicilio que tenía como propósito acompañar a jóvenes de la comunidad que se encontraban en situación de riesgo. En esta experiencia encontró cabida aquel cuestionamiento constante que afiladamente me hacía preguntarme sobre aquello a lo que tendría que dedicarme y que tenía un peso existencial importante en mi vida.

Es así como, a partir del trato con otros jóvenes, el desarrollo de dinámicas de co-ayuda, los espacios de diálogo experienciales, la coordinación de actividades de apoyo grupal y personal, el servicio y la dimensión espiritual, me hicieron decidir por una opción vocacional que contemplara características que se asemejaran a esta vivencia que de alguna manera satisfacían mi quehacer.

Finalmente, opté por estudiar la Licenciatura en Ciencias de la Educación en la Universidad La Salle México, y después, la Maestría en Administración Educativa en la Universidad De La Salle Bajío. A mi egreso, colaboré como Coordinador de Investigación y Desarrollo en el INAEBA-SEG, del Gobierno de Guanajuato. Impartí docencia en la Universidad De La Salle Bajío para la Escuela de Educación y Desarrollo Humano. Tiempo después, fui director académico de nivel bachillerato, de 2009 a 2017, en el Instituto Tecnológico Lumen Gentium SEP-DGETI.

He dedicado gran parte de mi labor a la formación de docentes de nivel medio superior y superior, en temas de planeación educativa, constructivismo y cognición, evaluación educativa y diseño de reactivos, metodologías activas y Aprendizaje Servicio. De 2018 a la fecha soy académico de tiempo completo en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México; en un inicio, formé parte del Programa de Desarrollo Curricular y actualmente soy el Coordinador del Programa de Desarrollo e Innovación Docente, de la Dirección de Innovación Educativa. Además, imparto docencia en las asignaturas del eje de prácticas de la Licenciatura en Pedagogía en la misma universidad.

Entre mis publicaciones están: Compendio de Buenas prácticas de operación curricular de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México. (2019); Capítulo: El Aprendizaje – Servicio como una herramienta metodológica para la pedagogía freireana. (2021). Libro: Actores pedagógicos y el empoderamiento social: un análisis de las prácticas pedagógicas freireanas. Universidad Iberoamericana; Sistematización de las buenas prácticas de operación curricular, de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México. Coautoría.(2021). Realizado para el compendio Best Practices of Higher Education de la IAJU/International Association of Jesuit Universitieshttps://kirchernetwork.org/wp-content/uploads/2021/04/Best-practices-Magazine-1.pdf; Docentes lgbtiq+, una reflexión desde la experiencia y la pedagogía queer. Coautoría. Revista DIDAC 81(enero-junio 2023): 50-59 https://doi.org/10.48102/didac.2023..81_ENE-JUN.121; y, Capítulo: Aprendizaje Servicio en la Nueva Escuela Mexicana. (2023). Libro: Estrategias docentes en diálogo:alternativas para una educación del siglo XXI. McGraw Hill.

 
 

TRAVESÍA DE UNA POLITÓLOGA: MI ENCUENTRO CON LA EDUCACIÓN Y LA DOCENCIA

Tengo casi un cuarto de siglo estudiando temas educativos. Mi arribo al apasionante mundo de la educación fue en el año 2000, cuando comencé mis estudios de doctorado, en la Universidad de York, en Inglaterra. Por aquellos años y desde entonces me interesaba mucho entender cómo funcionaban los programas sociales que implementaban los gobiernos y cómo, a partir de la política pública se podían diseñar soluciones que ayudaran a resolver los múltiples problemas que enfrentaba nuestro país, particularmente la pobreza y a enorme desigualdad social que era y sigue palpable a lo largo y ancho de México.

En mi casa siempre se habló de política; el estudio estaba repleto de libros de economía y política, y mis papás leían los periódicos todos los días. Cuando llegó la hora de decidir qué estudiar no me costó mucho trabajo elegir. En quinto de prepa supe que quería estudiar ciencia política. Aprendí un poco de historia, de teoría política y filosofía, de economía, política comparada, estadística, matemáticas, opinión pública y de políticas públicas. De esta última disciplina, llevé tres materias (dos del programa de estudios y una optativa). Mi cabeza se voló con mi profe Molinet. Un año después hice una maestría en políticas públicas, y mi tesis me fue llevando al tema educativo, pues elegí estudiar el programa Oportunidades, que finalmente me acercó, ya en el doctorado, al estudio de las becas como un factor que facilitaba procesos de agencia y empoderamiento entre las adolescentes del medio rural que accedían a ellas.

Al terminar mis estudios de doctorado inició otro periodo de mucho aprendizaje en mi vida, ya más desde el ámbito laboral, para vivir de cerca la evaluación de la política educativa, de la mano de mi mentora Tere Bracho.

Tuve la oportunidad de participar en la evaluación de programas como Escuelas de Calidad, o el Programa Cero Rezago Educativo (un programa para abatir el rezago educativo de adultos que llevaba el Instituto Nacional de Educación de Adultos). Y de ahí comencé una carrera más independiente, coordinando varios proyectos de evaluación, como la Evaluación con enfoque de género del Programa Estancias Infantiles para Madres Trabajadoras, en la que participaron varios colegas, hoy amigos muy queridos. En esos años trabajé para la Comisión Económica de América Latina y el Caribe (la CEPAL), con Humberto Soto, y participé en un estudio para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), de la mano de Bob Myers.

Mi vida profesional ha sido un mosaico de experiencias. No solo he sido consultora y evaluadora de políticas educativas (también he trabajado el tema de género) con organismos internacionales, gobierno y sociedad civil organizada, sino que he sido tutora y docente en muchos espacios educativos. En gobierno, además, coordiné un equipo fantástico, como directora general de Directrices de política educativa en el hoy extinto Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).

Hace siete años decidí hacer un giro en mi vida de 180 grados. Me vine como académica de tiempo completo a la Universidad Iberoamericana. Desde este espacio sigo haciendo mis análisis de política educativa y vinculo mi docencia con los temas que investigo. Como cuando era estudiante (de maestría y doctorado, que era becaria) me hace profundamente feliz estudiar y dar clases, y que “encima me paguen”. Además, desde el 2019 eché a andar un observatorio de políticas educativas que se llama “Faro Educativo”. Mi equipo lo  conforman estudiantes de la Ibero que realizan su servicio social. Actualmente también coordino la Maestría en Investigación y Desarrollo de la Educación que ofrece el Departamento de Educación.

Sin duda, lo que más disfruto en la Ibero es dar clases. En la licenciatura en pedagogía imparto las clases de “Sistemas de información para la educación” -que bien podría llamarse “Sistema educativo mexicano, con estadísticas”-, “Política educativa” y algunas optativas como “Diseño de política educativa” o “Sistemas educativos exitosos”; en la Maestría en políticas públicas, “Política y políticas públicas” y “Análisis de políticas públicas”. También he impartido clases en la licenciatura en Ciencia política, como “Evaluación de programas” y en el Doctorado de estudios críticos de género.

Pienso que a partir de mi docencia puedo compartir un poquito de mi experiencia laboral y de investigación, y contribuir con un granito de arena a encender la chispa de curiosidad e interés por la política y la educación en mis estudiantes. Intento actualizarme siempre. Como mi mamá y mi papá, busco estar al día, leer diario, escuchar noticias, tener distintos puntos de vista, estar informada.

Estoy cierto que, para poder transformar el mundo y tener una postura crítica, hay que informarnos. Hoy las redes sociales nos acercan, pero también nos desinforman. La democracia en nuestro país nos necesita. Necesita a nuestrxs jóvenes. Las y los necesita apasionadxs, comprometidxs, informadxs.

Experiencia en el viaje académico a Colombia

El motivo del siguiente escrito es para compartir sobre mi experiencia personal y académica que viví al realizar el viaje a Colombia, Medellín, en el periodo del 9 al 16 diciembre del año 2022.

Puedo comentar que en el primer día de viaje llegamos el sábado 10 de diciembre a Medellín, la cual es la capital de Antioquia. El fin de semana, acompañada de mis compañeras, paseamos por algunos lugares turísticos, como: Comuna 13, que fue una experiencia muy enriquecedora, conocí la historia del sitio y el motivo por el cual se convirtió en un lugar representativo.
La vista era increíble porque podías apreciar el poblado de Medellín. El 11 de diciembre, segundo día de viaje, junto al profesor Diego Juárez, la profesora Mercedes Ruiz, compañeras de la maestría y de licenciatura de la carrera de Pedagogía, fuimos al Museo de Antioquia y al Parque Botero, que considero un gran encuentro entre todas las personas que asistimos al viaje porque conocimos a compañeras que estudian la maestría, además de disfrutar de la comida típica colombiana.
El tercer día de viaje, que fue el 12 de diciembre, comenzamos con las visitas académicas a las universidades de Medellín, la primera fue la Universidad de Antioquia; la manera de recibirnos fue muy agradable y amena. En cuanto al campus, era muy grande, con muchos espacios al aire libre y en la cual los alumnos podían convivir en todo momento.
Es una universidad en donde los alumnos defienden sus derechos y muestran un sentido de comunidad, ya que en los pasillos puedes encontrar frases de apoyo que se comparten y dedican entre ellos. Un aspecto que me asombró mucho es que los alumnos tienen sus propios negocios de dulces ubicados en los pasillos de los edificios dentro de la universidad, lo perciben como un proyecto de emprendimiento y de apoyo económico.
El día 13 de diciembre realizamos un traslado a Rionegro, una pequeña ciudad del país. El motivo del traslado fue para realizar una actividad académica en la Universidad Católica del Oriente (UCO), que describo como una visita muy agradable. Nos recibieron profesores de la institución, nos platicaron acerca de las diversas maestrías con las que cuenta la universidad, que son: Educación, Humanidades, Tributación, Sanidad Vegetal, Salud Familiar y Comunitaria.
Puedo decir que fue la mejor experiencia, las maestrías llamaron mucho mi atención y uno de mis planes a futuro es estudiar una maestría en la UCO. La estancia en la universidad fue apacible, probamos comida típica de Colombia y nos dieron detalles como libretas, plumas y libros.

Al siguiente día, 14 de diciembre, regresamos a Medellín para visitar el próximo destino, que era el Museo de Casa de la Memoria, un lugar muy interesante. Las exposiciones del museo eran sorprendentes, cuenta con diversas anécdotas de jóvenes que han experimentado violencia, lo comparten desde grabaciones con su propia voz, mediante imágenes o frases expuestas en todos los rincones del museo.
Respecto a la tercera actividad académica que se llevó a cabo el día 15 de diciembre en el Tecnológico de Antioquia, nos recibió la directora del colegio y conversamos sobre los planes educativos con los que cuenta la universidad. La experiencia que me llevo de esta visita es muy bonita, porque es una escuela que cuenta con muchos apoyos académicos para los estudiantes y los impulsan a la mejora. Después viajamos a Peñon de Guatapé que se encontraba a dos horas de traslado a Medellín, fue una experiencia significativa, ya que para poder apreciar de la gran vista del lugar tuvimos que subir 702 escalones de la piedra.
El último día del viaje, 16 de diciembre, tuvimos la oportunidad de tener un día libre, es decir, visitar el lugar de nuestra preferencia. Tuve una experiencia maravillosa y llena de retos, porque viajé sola por los medios de transporte que hay en Medellín.
Mi destino era llegar al Parque Arví en donde me encontraría con mis compañeras de la Licenciatura, decidimos conocer las cascadas que se encuentran dentro del parque, caminar por las áreas verdes, en general, tener un día tranquilo. Me subí a los medios de transporte (taxis, metros) y puedo decir que viajar sola por la ciudad fue muy agradable y tranquilo
Puedo concluir que de este viaje me llevo muchas experiencias personales y académicas. En mis planes no estaba considerar estudiar alguna maestría en este país, pero la visita de Colombia y el conocimiento sobre las opciones de maestría que ofrece la Universidad Católica de Oriente me ha motivado a querer seguir formándome educativamente, específicamente en este país.

Dibujando la inclusión

El arte tiene muchas formas de expresarse, podemos  pensar que es un lenguaje universal. Por ello, nos  dimos a la tarea de aprender todas las señas necesarias  para realizar una sesión artística con los niños y niñas que actualmente cursan 3° y 4° de primaria en el IPPLIAP y con sus maestras. 

La actividad consistió en que los niños y niñas realizaran un  dibujo que expresara lo que la escuela les hace sentir, mientras  que las maestras, realizaban un dibujo que expresara su sentir al  dar clase a miembros de la comunidad sorda, pues en este caso  ambas maestras son oyentes. 

Para nosotras, esta sesión fue más allá de un encuentro con colores y crayolas; representa el principio del fin de algunas barreras de lenguaje con los alumnos sordos por parte de las generaciones de pedagogas en formación. 

Se logró crear un ambiente de confianza y respeto en el que los niños, niñas y docentes pudieron expresarse libremente.

Los dibujos que realizaron fueron realmente impresionantes, reflejando de manera clara y emocionante sus vivencias escolares. Pudimos ver dibujos que representaban la amistad, la alegría de aprender, el esfuerzo, la superación y muchos otros temas relacionados con su experiencia en la escuela.

EN RESUMEN, esta actividad artística fue una experiencia única y enriquecedora que nos permitió conocer más de cerca la realidad de los participantes. Nos dejó una gran lección de inclusión y respeto hacia las diferencias, y nos hizo reflexionar sobre la importancia de promover espacios en los que todos los niños y niñas puedan expresarse libremente.