El momento que las voces habían estado esperando
Search

Replanteando la educación socioemocional en México: la Nueva Escuela Mexicana

La Nueva Escuela Mexicana (NEM) comenzó a mencionarse en la ley desde el 2019, un año antes de que una crisis sanitaria mundial transformara completamente la vida como la conocíamos. Este evento tuvo diversas repercusiones y entre ellas se encuentra el deterioro de la salud mental de la población. En México, 27.3% de la población según Teruel et al., (2022) padeció de síntomas de depresión al inicio de la pandemia. Estos momentos de crisis nos mostraron la importancia de cuidar nuestra salud mental y emocional, por lo tanto, la NEM incluye la educación socioemocional en su propuesta de política curricular. Sin embargo, esta no es la primera vez que se hace esto; dicha metodología ya se había implementado en el Nuevo Modelo Educativo del 2017, con el cual se logró un avance en la enseñanza de la educación socioemocional. A pesar de esto, el nuevo gobierno hizo un replanteamiento el cual se ve reflejado en el modelo educativo actual, la Nueva Escuela Mexicana.

En el presente trabajo, se analizará este replanteamiento revisando primeramente de donde veníamos, es decir la propuesta del modelo educativo anterior, para posteriormente comentar las metas de la NEM y la manera en la cual se abordará la educación socioemocional a través de un análisis de diversos materiales. Con base en esto se pretende identificar qué temáticas son prioritarias para la NEM, la profundidad de los contenidos que se tratan, la estructura de los mismos, etc.

¿De dónde veníamos?

En el 2016 la SEP divulgó el Nuevo Modelo Educativo para la Educación Obligatoria (DOF, 2017, 11 de octubre). Dicho modelo tenía como finalidad que la educación impartida por el Estado fuera equitativa y de calidad como se menciona en la siguiente frase, “…asegurar que la educación que reciban les proporcione [a los estudiantes] aprendizajes y conocimientos significativos, relevantes y útiles para la vida, independientemente de su entorno socioeconómico, origen étnico o género.” (DOF, 2017, 11 de octubre, p.6)

Se buscaba que el estudiantado obtuviera los conocimientos requeridos por el siglo XXI a través de una formación integral que se enfocaba en que los estudiantes lograran los aprendizajes esperados en 11 ámbitos o componentes clave del currículum, dentro de los cuales se encuentra la educación socioemocional (Arias y Bazdresch, 2017; Gamboa y Gutiérrez, 2017). Al ser uno de los componentes clave del currículum de este modelo, la educación socioemocional contaba con su propio espacio curricular en todos los niveles educativos. Dentro de esta asignatura, se abordaba la temática desde tres dimensiones, “conoce T”, “relaciona T” y “elige T”. Estas dimensiones explicaban las distintas competencias socioemocionales partiendo del autoconocimiento (Flores, 2017). Este modelo estuvo operando únicamente por 5 años y quedó trunco con la llegada de la Nueva Escuela Mexicana.

¿Qué busca la NEM?

Una vez que contamos con un antecedente sobre el modelo anterior y sobre las acciones que este proponía en materia de educación socioemocional, podemos ahora analizar qué se busca con la Nueva Escuela Mexicana. Para comprender esto es importante revisar diversos documentos políticos, primeramente, el Artículo Tercero Constitucional. En el 2019, mismo año en el que se plasma la NEM en la Ley General de Educación, se reforma este artículo y se establece que la educación “Contribuirá a la mejor convivencia humana, a fin de fortalecer…la dignidad de la persona… los ideales de fraternidad e igualdad de derechos de todos…” (DOF, 2023a, 6 de junio, p. 6).

Por otro lado, según la Ley General de Educación, la Nueva Escuela Mexicana busca a grandes rasgos, “la equidad, la excelencia y la mejora continua en la educación…e impulsar transformaciones sociales dentro de la escuela y en la comunidad.” (DOF, 2019, 30 de septiembre, p. 6) Se planea lograr esto a través de una propuesta curricular dividida en 4 campos formativos, los cuales estarán unidos por siete ejes articuladores. (DOF, 2023b, 15 de agosto).

Además del Artículo Tercero Constitucional y la Ley General de Educación, es esencial consultar el Programa Sectorial de Educación para comprender las metas que el gobierno busca alcanzar durante este sexenio en materia educativa. En este documento es posible identificar ideas esenciales que nos dan una noción de lo que se busca con la NEM. Algunos argumentos plasmados en este documento giran en torno a crear espacios educativos que promuevan la sana convivencia y lograr una educación de excelencia que forme a ciudadanos solidarios y con sentido de comunidad. (DOF, 2020, 6 de julio).

La Educación Socioemocional en la NEM

Una vez comprendido lo que es la NEM y qué se propone lograr nuestro gobierno con este nuevo modelo educativo, adentrémonos a analizar cómo se abordará la educación socioemocional en primer grado de primaria. Para esto existen diversos materiales a nuestra disposición.

Primeramente, se analizarán los campos formativos propuestos en el programa sintético que son relevantes en términos de educación socioemocional. Los campos formativos en los cuales se trata esta temática son, naturaleza y sociedad y de lo humano a lo comunitario. En los contenidos plasmados en el programa sintético es posible observar la presencia de la educación socioemocional en temas como el bienestar, la convivencia con los demás, los afectos, el apoyo mutuo, etc. (DOF, 2023b, 15 de agosto).

Sin embargo, estos tópicos están orientados únicamente al bienestar social y no al bienestar
individual, aquellos temas que abordan el ámbito personal no se mencionan de manera explícita en el programa debido a que lograr el bienestar comunitario y una sana convivencia son parte de los objetivos que busca lograr la NEM.

Como se mencionó anteriormente, en el planteamiento de este modelo educativo se incluyen tópicos de educación socioemocional, sin embargo, únicamente se observan plasmados de manera explícita en los programas aquellos que engloban contenidos relacionados con las metas de la NEM expuestas previamente. Incluso, es posible observar cierto rechazo hacia la educación socioemocional en Un Libro sin Recetas para la Maestra y el Maestro donde se le presenta como una metodología fundamentada desde una postura de privilegio y como una de las diversas dinámicas que obstaculizan la implementación del presente modelo educativo, como se menciona en la siguiente frase, “Todas estas dinámicas dificultan y obstaculizan la puesta en práctica del modelo educativo y el uso de los LTG de la NEM…” (SEP, 2023e, p. 12). Este rechazo, en mi opinión, ocasiona que existan contenidos de la educación socioemocional que no aparezcan en los programas, ya que no se alinean con las ideologías que se encuentran detrás del modelo educativo.

Con los nuevos libros de texto ocurre algo similar, ya que las actividades de educación socioemocional en estos materiales no están orientadas a brindar herramientas que fomenten el bienestar personal del estudiantado, sino que se hace énfasis en promover el
bienestar colectivo. Esto lo podemos ver en frases como esta, “Es importante aprender a reconocerlas y expresarlas [las emociones] de una manera que permita la convivencia pacífica” (SEP, 2023d, p. 161).

Otro punto importante por resaltar sobre las actividades de educación socioemocional de los nuevos libros de texto es el orden y la secuencia de estas. Dichas actividades se encuentran dispersas por todos los libros de texto sin una secuencialidad explícita debido a que no cuentan con un espacio curricular propio. Pero ¿Por qué son importantes el orden y la secuencia de las actividades? Según diversos autores como Bisquerra y Pérez (2007) y Goleman (1996) para desarrollar competencias emocionales es necesario partir de una base, el autoconocimiento o la conciencia emocional, la cual facilita el desarrollo de habilidades más complejas como la empatía (Alviárez y Pérez, 2009). La falta de orden y
secuencia que existe en la NEM con relación a estos contenidos puede ocasionar que el aprendizaje de los estudiantes se vea afectado, ya que es posible que no cuenten con esta base sólida que facilite el desarrollo de nuevas habilidades. Se requeriría de una amplia capacitación docente para que el personal dominara el orden en el cual cada habilidad debe
de enseñarse, sin embargo, esto no está ocurriendo.

Reflexiones finales

Una vez realizado este análisis, es posible concluir que el Nuevo Modelo Educativo del 2017 había logrado avances en cuanto a la enseñanza de habilidades socioemocionales al incluir esta temática como parte de los componentes clave del currículum, al brindarle su propio espacio curricular y al desglosarla en las dimensiones de “conoce T”, “relaciona T” y “elige T”. Estos avances le habían dado orden y estructura a la educación socioemocional al igual que un enfoque integral, ya que se abordaba tanto la dimensión personal como la social. Al analizar la NEM fue evidente que los logros del modelo anterior no se retomaron, sino que se eliminaron ocasionando la pérdida de la integralidad, el orden y la secuencia de los contenidos.

Siguiendo sobre la misma línea, en la NEM existe rechazo hacia ciertos componentes de la educación socioemocional debido a que no concuerdan con las ideologías y el proyecto político del presente gobierno, ocasionando que únicamente se aborden de manera explícita aquellas competencias emocionales que se alinean con las metas que se quieren alcanzar con la educación como, por ejemplo, la convivencia sana. Esto ocasiona que se le dé mayor importancia al bienestar colectivo que al bienestar personal lo cual representa una paradoja ya que es imposible lograr el bienestar colectivo sin el bienestar de los individuos que lo conforman.

 

ABRIENDO PUERTAS: El Valor de la Intervención Psicopedagógica

Como estudiante de las licenciaturas en ciencias de la educación y en psicopedagogía en la Universidad de Monterrey, he tenido el privilegio de vivir experiencias dando clases en el aula y también haciendo evaluaciones e intervenciones psicopedagógicas. Si hoy me preguntaran cuál es más importante, definitivamente no existe una respuesta, pero si la pregunta fuera cuál área me apasiona más sin duda es la psicopedagogía y en especial mi área de trabajo que es la intervención psicopedagógica.

Hablemos brevemente de conceptos. Acudiendo al diccionario médico de la Clínica Universidad de Navarra (2024), me encontré con la definición de intervención como
una acción sobre alguien que permite iniciar, cambiar o prevenir un proceso con intención de lograr una mejora, optimización o perfeccionamiento. Y la psicopedagogía es definida por la Real Academia Española (2024) como la rama de la psicología que atiende los fenómenos de orden psicológico para llegar a una adecuación de los métodos didácticos y pedagógicos.

Tomando en cuenta lo anterior, yo podría definir el término de intervención psicopedagógica como la acciones personalizadas que llevamos a cabo para mejorar o prevenir dificultades futuras en el proceso de aprendizaje de un individuo.

Este es un término que personalmente yo no había escuchado hasta que tuve que decidir qué carrera estudiar, pero que está cada vez más presente no solo en las instituciones educativas sino en la sociedad. Como maestros sabemos que existen diferentes ritmos
de aprendizaje, conocemos los términos comunes de problemas o trastornos que afectan el aprendizaje como la dislexia, la discalculia, los problemas de lenguaje o el TDAH, también sabemos que existen otros impedimentos por limitaciones sensoriales, por ejemplo. El
maestro suele ser el primero en identificar las alertas cuando se trata de problemas de aprendizaje, es por esto que menciono que no hay un papel más importante que otro. Pero, ¿Qué podemos hacer al respecto una vez que identificamos estas situaciones en nuestro salón de clases? Entrar en pánico es lo más común, sin embargo podemos apoyarnos de algún psicopedagogo.

En esta situación estaremos hablando de la intervención psicopedagógica específicamente en el ámbito educativo de un salón de clases. El psicopedagogo puede pedir una entrevista con el docente que refirió al alumno para conocer su comportamiento en el aula, las dificultades que tiene y las observaciones del maestro. También podría solicitar una entrevista con los padres o los tutores del alumno para conocer un poco del contexto familiar y cómo se desenvuelve en casa con hermanos, otros adultos, su actividad física, etcétera. Una vez que las entrevistas fueron realizadas se le puede hacer una entrevista al alumno para conocer su propia perspectiva de la situación, esta entrevista es indispensable ya que nos puede decir si el problema viene desde algo emocional que esté viviendo el alumno o si necesitamos aplicar alguna prueba psicométrica para indagar si existe alguna causa neurocognitiva. Entonces se evalúa y se procede a la aplicación de pruebas psicométricas que son un apoyo para el diagnóstico específico de las áreas en las que podemos trabajar
o reforzar con el alumno. Las pruebas psicométricas ayudan a que una intervención sea más personalizada y vaya dirigida a las necesidades específicas que tiene el alumno.

Por ejemplo, si una maestra dirige a un alumno al departamento psicopedagógico de la institución porque nota que en clase evita leer y cuando lo hace no comprende lo que lee, una “intervención” mal ejecutada sería ponerle muchos trabajos de lectura para que practique su comprensión lectora, porque esto podría traer resultados negativos al desmotivar al alumno a la lectura. Sin embargo, si el psicopedagogo realiza las entrevistas podría encontrar que el alumno no disfruta de leer porque en el salón de clases se burlan de él cuando lo intenta, en casa no suelen hacerlo, y si se aplicaron las pruebas psicométricas muestran que lo que se le dificulta al alumno en realidad es la memoria de trabajo, entonces la intervención que haría el experto sería diseñando sesiones en donde se va trabajar con actividades para fortalecer la memoria de trabajo y actividades para motivar al alumno en la lectura. En este caso hipotético podemos notar el contraste de una intervención completa que favorece el proceso de aprendizaje del alumno diseñando una intervención personal para sus necesidades específicas o una “intervención” con resultados contraproducentes.

Durante toda mi carrera mis maestros me han recordado que tanto docentes como psicopedagogos trabajamos con seres humanos, no son profesiones que trabajan programando máquinas o con procesos repetidos constantes. Cada mente es diferente, tiene ritmos de aprendizaje diferentes, dificultades diferentes y necesidades diferentes. Y es nuestra responsabilidad realizar un trabajo consciente porque así como una buena práctica puede ser recordada y tener un impacto positivo en una persona toda su vida; una mala
práctica o un error también puede tener un impacto negativo y ser recordado toda la vida.

 

La psicopedagogía así como la docencia es un trabajo noble que se hace de corazón a corazón, te lleva a interesarte por las personas, a conocer sus preocupaciones y batallas pero también sus pasiones y sueños. Y no hay nada más satisfactorio que su sonrisa de emoción al ver sus propios logros. Yo lo veo como darles a mis alumnos una llave para que puedan abrir una puerta que veían cerrada.