El momento que las voces habían estado esperando
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Seguir un sueño lleno de inseguridades: la preparación para ser una educadora en el México racista

Se encuentra en nuestros más profundos pensamientos, aquellos que me avergüenzan, de los que quisiera que nadie se enterara. quién sería yo, como futura educadora, al tener encuentros con reacciones y pensamientos racistas, al encontrarme con situaciones que me sacan de mi conocimiento y de mi contexto.

¿Será que así no puedo acompañar a nadie en su camino de aprendizaje? ¿será que así, con esta forma de pensar que predico el odio por la otredad sin siquiera darme cuenta? o quizás ¿será que nunca podré estar al frente de un salón diverso, guiando y promoviendo el aprendizaje?

Es muy difícil, y me hace sentir impotente al ver que el racismo está enraizado en lo más profundo de nuestra sociedad; sociedad la cual me abraza a cualquier sitio al que voy, donde soy feliz, a donde pertenezco y le tengo un profundo afecto. Pero ¿qué podría hacer yo al respecto? si crecí en la sociedad donde el color de la piel dicta de manera casi preestablecida donde trabajarás en el futuro, o en qué oficio puedes encontrar ciertos colores de piel hoy en día.

En México, pareciera que puedes salir de casa con un catálogo de colores, pero no colores como los Pantone, o pinturas Comex, con los colores con los que anhelas decorar tu casa y convertirla en un hogar. Me refiero a un catálogo de color de piel, en el cuál, los colores más claros, son los que se encontrarán más arriba siempre, en mejores restaurantes, escuelas, empleos, carros, etc., y los colores más oscuros se encuentran por debajo.

Este catálogo, no solo contiene diferentes tonalidades, sino que, estos también están clasificados por categorías; mexicanos, mexicanos con doble nacionalidad, del norte y del sur, también los hay indígenas, fresas, nacos, cholos, whitexicans, beliquillos, alucines, mirreyes, Godínez, juniors, y un sinfin de categorías más; casi siento que cada día hay una nueva.

Lo más difícil de creer, es que este catálogo no sea un libro en sí, pero al mismo tiempo sí lo es. Algo muy difícil de explicar creería yo, pero con un sinfin de pruebas que lo demuestran, y que están presentes en la mañana al despertar y a lo largo de todo el día en la vida de cualquier persona habitante de este país.

En el salón es diferente, sabemos, como pedagogas, que la escuela es un ente muy separado de la comunidad, como un mundo aparte, del cual, muchos temerán salir y muchos otros temerán entrar.

Digo que es diferente, porque en el mundo real, el mundo de los adultos, el racismo es lo más normal, aunque nadie diga nada, y aunque nadie haga nada al respecto. Mientras que, dentro de las escuelas, la honestidad de la niñez lo hace mucho más fuerte, ahí no hay que disimular. El alumnado no se junta con la otredad porque es negra, o india, o pobretona.

Y aquellos que son excluidos no tienen tanto miedo de decir por qué no quieren ir a la escuela, como lo tendría una mujer cuyo jefe abusa de ella, porque sabe que nadie en el despacho le creería, pero la niñez en edad escolar sí tiene miedo de ir a la escuela, de sentarse en su banca y de salir a disfrutar en el recreo.

¿Cómo podré predicar el respeto por las razas, si yo misma, inconscientemente y sin ser intencionalmente recibí una educación que sí lo fue? pero más importante, ¿con qué ojos consolaré a aquel niño o niña al que tratan horrible, por algo que es incontrolable e incambiable? y, cómo haré para no soltarme a llorar junto con él sobre las injusticias que no solo ocurren, sino que se promueven en todos los ámbitos de nuestra sociedad.

Hablar de cómo me da miedo, enfrentarme al racismo como educadora, me hace traer a la mesa de mis pensamientos dos cosas muy importantes: la primera, siendo el privilegio que me ha dado mi color de piel, y lo espantoso que eso suena.

Lo que me ha costado abrirme a la compasión ya que la discriminación racial es algo que jamás me ha tocado experimentar. Lo segundo, la profunda admiración que tengo por quienes a pesar de lo dolorosa que es la discriminación y todo lo que ésta conlleva, hacen el esfuerzo por no perder sus raíces culturales, familiares, personales, y las muestran al mundo con orgullo.

Es emocionante y esperanzador el aprender y conocer acerca de las culturas indígenas, cuyos pobladores cargan el color de la tierra en su piel, pero no simplemente en lo superficial, si no, en todas las dimensiones posibles.

Experiencia en el viaje académico a Colombia

El motivo del siguiente escrito es para compartir sobre mi experiencia personal y académica que viví al realizar el viaje a Colombia, Medellín, en el periodo del 9 al 16 diciembre del año 2022.

Puedo comentar que en el primer día de viaje llegamos el sábado 10 de diciembre a Medellín, la cual es la capital de Antioquia. El fin de semana, acompañada de mis compañeras, paseamos por algunos lugares turísticos, como: Comuna 13, que fue una experiencia muy enriquecedora, conocí la historia del sitio y el motivo por el cual se convirtió en un lugar representativo.
La vista era increíble porque podías apreciar el poblado de Medellín. El 11 de diciembre, segundo día de viaje, junto al profesor Diego Juárez, la profesora Mercedes Ruiz, compañeras de la maestría y de licenciatura de la carrera de Pedagogía, fuimos al Museo de Antioquia y al Parque Botero, que considero un gran encuentro entre todas las personas que asistimos al viaje porque conocimos a compañeras que estudian la maestría, además de disfrutar de la comida típica colombiana.
El tercer día de viaje, que fue el 12 de diciembre, comenzamos con las visitas académicas a las universidades de Medellín, la primera fue la Universidad de Antioquia; la manera de recibirnos fue muy agradable y amena. En cuanto al campus, era muy grande, con muchos espacios al aire libre y en la cual los alumnos podían convivir en todo momento.
Es una universidad en donde los alumnos defienden sus derechos y muestran un sentido de comunidad, ya que en los pasillos puedes encontrar frases de apoyo que se comparten y dedican entre ellos. Un aspecto que me asombró mucho es que los alumnos tienen sus propios negocios de dulces ubicados en los pasillos de los edificios dentro de la universidad, lo perciben como un proyecto de emprendimiento y de apoyo económico.
El día 13 de diciembre realizamos un traslado a Rionegro, una pequeña ciudad del país. El motivo del traslado fue para realizar una actividad académica en la Universidad Católica del Oriente (UCO), que describo como una visita muy agradable. Nos recibieron profesores de la institución, nos platicaron acerca de las diversas maestrías con las que cuenta la universidad, que son: Educación, Humanidades, Tributación, Sanidad Vegetal, Salud Familiar y Comunitaria.
Puedo decir que fue la mejor experiencia, las maestrías llamaron mucho mi atención y uno de mis planes a futuro es estudiar una maestría en la UCO. La estancia en la universidad fue apacible, probamos comida típica de Colombia y nos dieron detalles como libretas, plumas y libros.

Al siguiente día, 14 de diciembre, regresamos a Medellín para visitar el próximo destino, que era el Museo de Casa de la Memoria, un lugar muy interesante. Las exposiciones del museo eran sorprendentes, cuenta con diversas anécdotas de jóvenes que han experimentado violencia, lo comparten desde grabaciones con su propia voz, mediante imágenes o frases expuestas en todos los rincones del museo.
Respecto a la tercera actividad académica que se llevó a cabo el día 15 de diciembre en el Tecnológico de Antioquia, nos recibió la directora del colegio y conversamos sobre los planes educativos con los que cuenta la universidad. La experiencia que me llevo de esta visita es muy bonita, porque es una escuela que cuenta con muchos apoyos académicos para los estudiantes y los impulsan a la mejora. Después viajamos a Peñon de Guatapé que se encontraba a dos horas de traslado a Medellín, fue una experiencia significativa, ya que para poder apreciar de la gran vista del lugar tuvimos que subir 702 escalones de la piedra.
El último día del viaje, 16 de diciembre, tuvimos la oportunidad de tener un día libre, es decir, visitar el lugar de nuestra preferencia. Tuve una experiencia maravillosa y llena de retos, porque viajé sola por los medios de transporte que hay en Medellín.
Mi destino era llegar al Parque Arví en donde me encontraría con mis compañeras de la Licenciatura, decidimos conocer las cascadas que se encuentran dentro del parque, caminar por las áreas verdes, en general, tener un día tranquilo. Me subí a los medios de transporte (taxis, metros) y puedo decir que viajar sola por la ciudad fue muy agradable y tranquilo
Puedo concluir que de este viaje me llevo muchas experiencias personales y académicas. En mis planes no estaba considerar estudiar alguna maestría en este país, pero la visita de Colombia y el conocimiento sobre las opciones de maestría que ofrece la Universidad Católica de Oriente me ha motivado a querer seguir formándome educativamente, específicamente en este país.

Entrevista al Dr. Luis Medina Gual: herramientas de la inteligencia artificial en la educación: Chat GPT 

“No podemos seguir aumentando la distancia que hay entre lo que sucede en las aulas y lo que sucede en la vida real”

Dentro del ámbito educativo existen distintas herramientas que han permitido ampliar actividades o limitar, dependiendo de la perspectiva individual, actividades en materia educativa. hoy en día, el uso del chat generative pretained transformer (gpt) es una de las incógnitas para docentes y estudiantes, sobre todo por el alcance que puede brindar en sus respuestas. conversamos con el profesor Luis Medina Gual, para conocer la perspectiva y experiencia como docente haciendo uso de este sistema, compartió con nosotros el uso que hace de esta herramienta para facilitar sus actividades diarias y el cómo este sistema de inteligencia invita y reta a las personas a pensar más aquello que buscas.

¿Cómo describirías al Chat GPT?

Es un modelo de lenguaje natural que trata de imitar la conversación con una persona, se basa en un modelo estadístico probabilístico que diseñó una compañía que se llama Open AI […]. Y en particular, lo que hace este modelo, es tratar de predecir las palabras que vienen a continuación después de una conversación.

Dicho esto, en realidad el chat no comprende las palabras; el chat lo que hace nada más es tratar de ver cuál es la palabra o las palabras que probablemente son más factibles de que sigan después de una consulta que yo hago de una conversación.

Significa que tú puedas dialogar como si fuera otra persona, entonces el chat va adquiriendo el contexto de la conversación y va respondiendo con base en ese contexto.

¿Cuál es el impacto educativo de un sistema como este? 

Yo creo que en muchos niveles, pero en la medida en que haya dos condicionantes. Uno de los temas más fuertes al respecto, es la parte de las brechas y el acceso. Entonces esto sin duda lo que va a hacer es aumentar las brechas entre los que tienen los que no tienen acceso y el segundo punto también que yo creo que va a estar ahí en relieve es: ¿qué tanto las personas se acercan a trabajar o le huyen a trabajar con esto?, y me ha tocado ver muchas personas, sobre todo los que más desconocen, son las que menos han visto qué es lo que hace y cómo trabaja, por lo que no saben que tampoco esto piensa por ti. Para nada, no piensa por ti, te obliga a pensar más. En la medida en que haya esas dos condiciones, sin duda, yo creo que va a transformar el panorama educativo. Lo que sucede acá es algo que sucede en la vida real, no podemos seguir aumentando la distancia que hay entre lo que sucede en las aulas y lo que sucede en la vida real.

Yo creo que el gran problema en educación es que la mayoría de los profesores, como en el covid, su preocupación era ¿cómo evitar que se copien los alumnos?, cuando en el mundo real eso le llaman colaboración.

Entonces mucho de lo que se plantea justo en esto del cambio de la educación, todo está centrado en lo metodológico; en cómo vamos a promover que los alumnos lo utilicen de manera ética para hacer las mismas tareas que hacíamos y demás. Y me parece que el gran cambio que va a venir es en realidad el cambio metodológico.

¿En qué áreas de la educación podría ser beneficioso el uso de este chat? 

En cualquier área donde haya algún tipo de pensamiento o de cognición o de ejercicio cognitivo, ahí se va a ser útil, no solamente en las aulas; también en la gestión escolar, en cuestiones, por ejemplo, de currículum, en donde haya alguna tarea cognitiva ahí va a tener influencia.

¿Cómo se ve la educación en el futuro con este tipo de modelos de IA?

Yo creo que primero repensando otra vez el tema de ¿qué  es lo que vale la pena enseñar?, pero sin duda yo creo  que muchas de las tareas que cotidianamente nosotros  consideramos que es el fin de la educación van a hacer  que replantearnos qué hacer. Es que de manera natural, la  Inteligencia artificial se va a insertar en todos los ámbitos de la  educación y eso va a implicar, sin duda, por ejemplo, el acceso  a la tecnología, va a tener que ser mucho más cotidiano de lo  que normalmente es y eso implica también que, por ejemplo,  muchas editoriales o muchos desarrolladores de objetos de  aprendizaje van a tener que generar también contenidos a  partir de Inteligencia artificial donde, por ejemplo, un alumno  en un momento quiere aprender acerca de fracciones puede  generar de manera automática todo eso; va a hacer sobre  todo el sueño del aprendizaje personalizado, se va a lograr,  lo más que podemos aspirar como docentes era el tema de la  instrucción diferenciada donde tú das diferentes alternativas  para que los alumnos las puedan abordar.

¿Cómo educar en el uso de esta herramienta? 

Yo creo que con dos premisas, uno es: educar en la cultura  del error, esto va a ser que nos equivoquemos más, que nos  cuestionemos más, entonces aquí poner a los profesores  que les dé miedo a interactuar, a los alumnos a interactuar o  demás, porque estemos incurriendo en algún tipo de plagio,  seguramente va a pasar, entonces equivocarse porque  todavía no sabemos, creo que vamos a darnos chances. Pero  otro elemento es la parte de la exploración y la colaboración,  yo de donde más he aprendido con esto es en realidad de  la colaboración con otros docentes, aquí en la Ibero desde  que salió hicimos un grupo de Inteligencia artificial con  profesores, presentan, qué es lo que están haciendo sus  alumnos, cómo lo hacen, las ideas que han salido de ahí, de  verdad son impresionantes, pero eso ha sido, insisto, de la  colaboración.

El cristal es transparente, no frágil 

El 26 de enero del 2023 tuve la suerte y el privilegio de ser una de cuatro jóvenes pertenecientes a una denominada “generación de cristal” invitados para dar nuestra postura y opinión sobre este término a partir de una encuesta flash que realizó la fundación sm a 1600 jóvenes de entre 15 y 29 años en España, Chile, México y Brasil. por lo que, me gustaría exponer no solo algunos de los resultados que me parecieron más interesantes, sino también la postura que tengo frente a ellos no como perteneciente a esta generación, sino también como pedagoga en potencia.

Según Montserrat Nebrera (2021) el término “generación de cristal” es una metáfora que engloba la fragilidad emocional en jóvenes y adolescentes de ahora. Es una generación que tiene como características una excesiva protección por parte de su familia, por lo que se convierten en personas poco tolerantes frente a críticas y ante la frustración por no alcanzar ciertas metas, carecen de autoestima y son muy inseguros al tomar decisiones, por lo que requieren de reconocimiento constante.

Algo muy curioso en lo que coincidimos los cuatro ponentes durante la plática sobre los resultados fue que ninguno de nosotros estábamos de acuerdo con esta definición, no nos parecía que definiera de manera real lo que es nuestra generación. En lo personal me parece que este término tiene una connotación negativa, no creo que seamos intolerantes a la crítica, lo que creo que pasa es que en general solemos confundir los términos “crítica” y “criticar”, y lo que no toleramos es que nos critiquen. Me parece que unas de nuestras virtudes como generación son el estar mucho más sensibilizados y tener la fuerza necesaria para no quedarnos callados.

Ahora, adentrándonos un poco más en los resultados de la encuesta, me gustaría mencionar que el 40% de los jóvenes entrevistados temen a incumplir con las expectativas de sus familias y el 56% les cuesta vivir con la incertidumbre de a qué se van a dedicar en el futuro.

Considero que lo que ocurre es que se nos olvida que los jóvenes son solo eso, jóvenes, y se les exige demasiado a su corta edad, entonces entran en una guerra mental con ellos mismos. Por un lado, cumplen los 18 años y automáticamente se les exige que escojan la profesión a la que supuestamente se van a dedicar el resto de sus vidas, pero al mismo tiempo, es natural o considerable que no estén listos para escoger y que no sepan qué es lo que quieren a esa edad, siguen sintiendo esa presión principalmente de sus familiares al elegir una carrera.

Es por eso que pienso que ese temor a incumplir tiene como raíz el miedo a la incertidumbre. Es común escuchar a los adultos que usan este término hacia nuestra generación, acusarnos por falta de esfuerzo académico, pero es importante tomar en cuenta que el esfuerzo que le ponemos a la escuela está estrechamente ligada a estas mismas expectativas que queremos cumplir, esto se debe a una cultura en la que sigue vigente la meritocracia.

A lo largo de mi proceso educativo en la universidad, se me ha repetido una y otra vez la importancia de la motivación durante los estudios, si un alumno no está motivado no aprenderá, así de fácil. Creo que lo que podemos hacer como generación y como personas que estamos a cargo de la educación de los jóvenes de esta generación es quitarles presión. Esto lo podemos lograr si nos deshacemos poco a poco de esta meritocracia que está vigente en nuestra sociedad. Como instituciones educativas pueden evaluar al alumno basándose en sus metas individuales y en su progreso personal, habrá que dejar de imponer la misma meta para todas las personas, esperando que todos la cumplan, dándole mérito a quién lo logra y desmotivando al que no.

Otro de los resultados en los que me gustaría puntualizar es que se mencionaba que el 60% de los encuestados considera que sus papás han contribuido a la construcción de una autoestima fuerte, sin embargo, nos seguimos autodenominando como una generación con baja autoestima. Esto se genera por la sobreprotección que la mitad de los encuestados siente por parte de sus papás. Así que, uniendo todos estos resultados y reflexionando sobre ellos, me doy cuenta de que la misma sociedad no ha favorecido nuestro desarrollo. Somos personas a las que nos critican por la falta de motivación y el miedo a la toma de decisiones, pero esa generación que nos critica es la misma que nos sobreprotege hasta el punto de interrumpir el desarrollo de nuestra autoestima.

Está claro que la cantidad de esfuerzo no es el problema, creo que podemos ver que la sociedad nos pone muchas veces barreras, sin embargo, otra fortaleza que tenemos como generación es que nos enfocamos en trabajar en nosotros para superar esas barreras. es por eso que el 69% de los jóvenes opina que deberían esforzarse más en vez de culpar a la sociedad por no dejarlos lograr sus objetivos.

También, es importante tomar en cuenta que por mucho esfuerzo personal que invirtamos en algo, y por mucho que trabajemos en nosotros mismos, siguen existiendo barreras demográficas, económicas, geográficas, culturales, etc. Y la mayoría de las veces, los jóvenes nacen con estas barreras; como pedagogos, pienso que es importante aprender a eliminar o minimizar barreras dentro y fuera del aula. Esto nos acercará un poco más tanto a una educación inclusiva, como a una sociedad inclusiva, lo que llevaría a eliminar términos peyorativos como el de “generación de cristal”.

Como generación le damos mucha importancia a temas que tienen que ver con tolerancia y respeto, un ejemplo claro relacionado con este aspecto y que se ve reflejado en la encuesta, me refiero a la violencia de género.

Hay mucha menos tolerancia ahora a chistes discriminatorios que antes, en la encuesta se muestra que un 66% de chicas y un 48% de chicos que contestaron que les molestan los chistes que tienen como objetivo ridiculizar o discriminar a minorías.

Como mujer, veo esta estadística, y me parece lógico que el porcentaje de chicas sea más alto que el de hombres, ya que, aunque las mujeres sean mayoría en población, vivimos en una sociedad patriarcal, en la que somos ridiculizadas y discriminadas lo que nos vuelve menos tolerantes cuando esto pasa independientemente de a quién le ocurra.

Personalmente, considero que frente a todas las adversidades que hemos tenido como generación, hemos logrado superarlas y salir adelante mucho más fuertes. Creo que le damos prioridad a muchas cosas que las generaciones anteriores percibían como importantes. Además, retomando que se mencionó durante el foro sobre los resultados de la encuesta, que esto nos convierte no en una “generación de cristal” con la connotación frágil de la palabra, sino con la connotación transparente, y esta transparencia es la misma que nos hace una generación fuerte en una forma única.

Por último, los quiero invitar a que vean la conferencia en la que participé, de la cual obtuve mucha de la información que mencioné en este artículo, pueden escuchar a más ponentes que dialogan sobre este tema tan interesante.

Una propuesta de evaluación intercultural en Educación Superior

Este escrito nace en el marco de la licenciatura en pedagogía de la Universidad Iberoamericana, a partir de la asignatura de Evaluación Educativa que cursé por asesoría con Lourdes Caudillo durante el semestre de primavera 2022 y el acompañamiento estudiantil que tuve la oportunidad de dar en la materia optativa “Educación e interculturalidad” con Stefano Sartorello, en el mismo semestre. En esta última clase, pusimos a prueba un intento de evaluación intercultural, el cual se compuso de algunas estrategias que quiero compartir en este texto. 

Considero que lo expuesto a continuación, puede ser de utilidad para explorar alternativas de evaluación que vayan más allá de métodos violentos, como son los exámenes punitivos, las rúbricas homogéneas y las puntuaciones cuantitativas, aproximándose a una evaluación constructiva, justa y dignificante que respete y valore la diversidad. 

Se presentarán primeramente los fundamentos sobre la importancia de una evaluación intercultural, definiendo brevemente lo que entiendo por educación, evaluación e interculturalidad, como punto de partida para entender desde dónde posiciono este texto. Posteriormente, se mencionarán algunas estrategias, sin pretender que sean las únicas ni las correctas, que pueden abonar a co construir evaluaciones interculturales en educación superior y a abrir la reflexión para propiciar más estrategias que vayan en este sentido. Para finalizar, se cerrará con algunas reflexiones puntuales y concisas sobre el tema.

Fundamentos teóricos

EDUCACIÓN

La educación como un concepto amplio y complejo, que se contrapone a la escuela como tipo de dominación que inculca sistemáticamente hábitos legitimados por la sociedad e impuestos por el poder (Max Weber, en Lerena, 1999).

Como expresa Iván Illich (1985), la educación debe buscar que cada persona se auto-defina a través de su aprendizaje y la compartición de este, partiendo de la auto-motivación que depende de cada une y no de la autoridad. Es por eso que se deja de concebir a la academia como institución que legitimiza el saber valioso o importante y se entiende que la educación sucede en muchos espacios y contextos.

La intención de basarse en este enfoque es tomar una postura crítica que permita deconstruir prácticas violentas institucionales que han producido, reproducido e incentivado la continuación del sistema capitalista, patriarcal, racista y opresor. Cuestionando a la institución y priorizando a la educación como proceso que abona a los proyectos de vida, la identidad y los valores.

EVALUACIÓN

La evaluación se puede entender desde distintas perspectivas, una de ellas es la evaluación tradicional que se vincula al concepto de medición del rendimiento académico. Esta postura prioriza el control y la restricción, con elementos de jerarquización, selección y exclusión. Se fundamenta prácticamente en los exámenes, sin mirar otros aspectos del proceso educativo. Se podría decir que es una evaluación educativa “que no educa a nadie” (Moreno, 2009, p.578). Es importante mencionar que esta perspectiva se ha mantenido hasta la actualidad en los contextos académicos y a medida que se escala en el sistema educativo, la evaluación se hace más perversa (Moreno, 2009).

En contraparte a esta visión, en este texto se parte de una concepción humanista, en donde la evaluación se desarrolla dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, que genera una conexión humana entre estudiantes y profesores, incentivando la confianza y la cercanía (Moreno, 2009). se persigue una evaluación formativa, esto quiere decir que no se busca una evaluación sumativa que se limite a una calificación, sino que ésta sea durante el proceso y oriente a les estudiantes para que su aprendizaje mejore, al igual que a les docentes a adecuar sus prácticas a las necesidades actuales del estudiantado y a concebirse como aprendices durante el proceso educativo (Martínez, 2013). por lo que, la evaluación es una cuestión compleja, amplia, holística, abierta e inacabable, sin olvidar la importancia de adecuarla a los distintos contextos (Moreno, 2009).

La evaluación se puede entender desde distintas perspectivas, una de ellas es la evaluación tradicional que se vincula al concepto de medición del rendimiento académico. Esta postura prioriza el control y la restricción, con elementos de jerarquización, selección y exclusión. Se fundamenta prácticamente en los exámenes, sin mirar otros aspectos del proceso educativo. Se podría decir que es una evaluación educativa “que no educa a nadie” (Moreno, 2009, p.578). Es importante mencionar que esta perspectiva se ha mantenido hasta la actualidad en los contextos académicos y a medida que se escala en el sistema educativo, la evaluación se hace más perversa (Moreno, 2009).

La evaluación debe funcionar para propiciar aprendizaje, es un proceso multidimensional permanente que ayuda a motivar y retar a les estudiantes a que continúen en la construcción de sus propios procesos educativos. Para esto, la evaluación se debe de dar por parte de todos los sujetos implicados en el proceso, haciéndola de forma creíble, útil e interesante (Soledad y Rodríguez, 2020).

Esto se convierte en una tarea complicada cuando los sistemas educativos hacen énfasis en los resultados, antes que en los procesos, además de transmitirle a les estudiantes que elles tienen la culpa sobre el fracaso escolar. Pues si entendemos el acto de evaluar en su complejidad, vemos que cuando les estudiantes son evaluades de forma homogénea, se transmiten valores de desigualdad, ya que no todes parten de los mismos lugares ni cuentan con las mismas características. Lo peligroso es que la evaluación tradicional es legitimada por la academia.

Es así como les estudiantes que logran interiorizar los valores de la educación sumativa, serán “existoses” en el mundo capitalista, mientras que quienes no lo logren, sentirán que tienen la responsabilidad sobre ello (Parsons, 1976). Al centrar la evaluación en las calificaciones, entendemos que éstas han sido vistas como una recompensa para aquelles que logran interiorizar el sistema de valores impuestos en la sociedad, convirtiéndose en un condicionamiento. La escuela da diplomas, y mientras más difícil sea obtenerlos, más valor tienen, pero más excluyente se convierte (Jeffrey, 1989). Si agregamos las relaciones de poder y dominación reflejadas en las asimetrías étnicas, religiosas, económicas, sexo-genéricas, etc., esto se vuelve más complejo, porque atraviesan las estructuras e influyen en el “éxito” escolar y laboral.

Lo anterior puede ser visto como una violencia hacia les estudiantes, pues la evaluación tiene implicaciones en la persona evaluada “la evaluación es, por definición, una cuestión de juicio. Es una experiencia profundamente personal y emocional para el alumno sometido a ella, y puede tener un efecto de largo alcance sobre los alumnos, los educadores y la naturaleza de la sociedad en que viven” (Earl y LeMahieu, 2003, en Moreno, 2009, p.569).

Es por eso, que les docentes tienen un papel muy importante en lo que se les transmite a les estudiantes, pues son elles quienes pueden hacer la diferencia o continuar con los métodos tradicionalistas en donde se usa la evaluación para probar su figura de autoridad y tener control sobre el grupo; generando estudiantes en sumisión, en donde el desacuerdo no pueda existir, ya que todo influye en la calificación final, por lo que se enseña a obedecer, dejando de lado la opinión y las emociones de les estudiantes; además de imposibilitar el pensamiento crítico, el juicio independiente, la discrepancia y las relaciones horizontales (Moreno, 2009).

Por lo anterior, es fundamental hacernos la pregunta ¿Para qué se evalúa y cuál es el significado que se le da a la evaluación? La evaluación no debe responder a jerarquías o cuestiones burocráticas, tampoco a la exclusión o a relaciones de poder y control entre estudiantes y profesorado, sino que debe ser para el aprendizaje, el proceso y la mejora, tomando una postura ética y crítica. Para esto, es necesario generar espacios de confianza y comunicación, en donde les estudiantes sean sujetos de su propia educación (Moreno, 2009).

Sin embargo, no es una cuestión sencilla para les maestres, pues cuentan con conductas arraigadas que han repetido durante mucho tiempo, en donde el enfoque ha sido una evaluación punitiva que prioriza las calificaciones, además de contar con poco tiempo y pocas herramientas para realizar una evaluación formativa profunda. Por eso, la responsabilidad es compartida, pues transformar estas prácticas, en muchos casos, es un arduo trabajo debido a la estructura del sistema educativo. Por lo que, este cambio no se dará con talleres de actualización a maestres, sino que se necesita una transformación conceptual compleja, es decir, un cambio sobre la visión que se tiene de la educación y evaluación por parte de todes les involucrades: estudiantes, profesores, directivos, mamás y papás de les estudiantes, escuela, sistema educativo, etc. (Martínez, 2013).

Lo anterior es profundo porque habla de estructuras que han organizado el sistema educativo a nivel mundial. Por eso, podría surgir la pregunta de: Como docentes ¿Cómo podemos transitar hacia una evaluación formativa cuando el sistema educativo y las instituciones priorizan la evaluación sumativa y los resultados sobre los procesos? La respuesta no es fácil. Además si entendemos que “las concepciones docentes se constituyen como organizadores implícitos referidos a creencias, significados, conceptos, proposiciones, imágenes mentales y preferencias que influyen tanto la manera de percibir la realidad como las prácticas que implementan” (Katzkovicz, 2010, en Martínez, 2013, p. 137) y estas formas de ver la educación muchas veces se sustentan en el sistema tradicional, la transformación se complica.

Podemos comprender que el cambio implica una gran deconstrucción por parte de todos los actores y lo principal es que elles estén dispuestes a cuestionar sus prácticas, reflexionar y buscar nuevas posibilidades. Enfocándonos en les docentes, podemos encontrar que dentro del caos existen alternativas para transformar estas prácticas, una de ellas es a través de la reflexión en la acción y sobre la acción, (Schön, 1987) cuestionando conocimientos previos, conociendo nuevos enfoques y experimentando y valorando otras metodologías (Martínez, 2013).

INTERCULTURALIDAD

Se parte de una interculturalidad crítica y decolonial, como la define Walsh (2012):

Una posición que denominamos crítica y desde la cual partimos aquí, enfoca los procesos que se inician desde abajo hacia arriba, desde la acción local, que buscan transformaciones sociales y para cuyos logro se requiere ir en múltiples dimensiones […] implica un proceso de subalternización, descolonización y de-colonialidad, […] impulsar cambios estructurales o sistémicos. (p.34)

Aterrizando lo anterior al contexto de educación superior, se busca les docentes reconozcan las estructuras de poder existentes dentro del aula, para deconstruirlas e incentivar relaciones más horizontales con sus estudiantes; esto no quiere decir que les docentes se convierten en amigues, sino que se hace un esfuerzo por valorar los diversos conocimientos, entender que las jerarquías y el control obstruye al aprendizaje y que el interaprendizaje es parte fundamental del proceso educativo.

Hablando de evaluación, el poder puede ser un tema complicado, pues se ha acostumbrado a que el poder de la evaluación lo tiene la persona a cargo del grupo. La interculturalidad cuestiona lo anterior, buscando abrir los espacios de aprendizaje, propiciando una deconstrucción y co-construcción de otras prácticas.

Otra cuestión importante, es que la interculturalidad busca valorar la riqueza de las diferencias, entendiendo que les estudiantes son diverses, no mejores ni peores por cumplir con estándares preestablecidos por la institución. Esto implica una deconstrucción por parte de les docentes para aprender a valorar las diferencias, no de forma folklórica o a través de la lástima, sino que logrando ver genuinamente a sus estudiantes, sin olvidar las áreas de oportunidad, al igual que reconociendo otras epistemologías. Además de transmitir confianza y generar un espacio seguro para que les estudiantes se sientan valorades para compartir. Sin obviar que existen fuertes asimetrías y relaciones de poder que requieren de una profunda decostrucción estructural, pero que puede empezar en lo local, como expone Walsh (2012), “de abajo hacia arriba”.

Asimismo, una evaluación intercultural debe ser contextualizada, repudiando las evaluaciones estandarizadas que buscan homogeneizar, violentando a la diversidad con una dominación epistémica. Evaluar de forma distinta a les estudiantes a partir de lo que cada une necesite, haciendo un acercamiento personalizado y no generalizado.

A partir de lo presentado, nos preguntamos ¿Cómo logramos una evaluación intercultural estando dentro de la institución?, y en específico, lo que nos atañe en este texto sería ¿Cómo cambiamos el significado de la evaluación para que ésta pueda ser intercultural?, desafiando y deconstruyendo a la escuela como reproductora de las desigualdades.

Habiendo dicho lo anterior, se proponen las siguientes estrategias, las cuales fueron aplicadas en el curso: “Educación e interculturalidad” en el semestre de Primavera 2022 y que muestra una forma, no se pretende que sea la mejor ni la única, de acercarse a una evaluación intercultural en educación superior.

Estrategias para una educación intercultural en educación superior

Se proponen cuatro estrategias que pueden abonar a la forma de aplicar los conceptos y las reflexiones anteriores.

1. Sesión con les estudiantes para hablar sobre la evaluación y formalizar los criterios de evaluación

Se propone tomarse un tiempo al inicio del semestre/ ciclo para fijar los criterios y porcentajes de evaluación con les estudiantes, entendiendo la importancia de la transparencia, además de generar un ambiente de confianza, honestidad y participación entre el grupo y les facilitadores (Moreno, 2009). Fijar los criterios no es solamente hacer una tabla de porcentajes, sino significa hablar de la evaluación, de cómo la entendemos o cómo pensamos que puede beneficiar nuestro aprendizaje.

Algunas preguntas que pueden ayudar a abrir la reflexión son:

  • ¿Cómo vives tu educación universitaria? ¿Qué sentido tiene estudiar tu carrera para ti?  
  • ¿Qué es para ti la evaluación? ¿En qué difiere de la calificación?
  • ¿Cómo te gusta que se evalúen tus aprendizajes? ¿Cómo te gusta que se califiquen tus aprendizajes?
  • ¿Qué criterios y cuáles instrumentos propones para auto-evaluar y co-evaluar tus aprendizajes en este curso?
  • ¿Qué criterios y cuáles instrumentos propones para auto-calificar y co-calificar tus aprendizajes en este curso?
  • Al finalizar con las preguntas y reflexiones, se sugiere acordar entre todo el grupo cuáles serán los criterios de evaluación, abriendo la posibilidad de generar criterios diferenciados para cada une dependiendo de lo que valoran.

Se requiere que el estudiantado sea partícipe en el proceso de deconstrucción desde una perspectiva crítica e informada. Es fundamental no saltarse el paso de la reflexión, ya que se busca que los criterios de evaluación partan de un cuestionamiento, para que se entienda la importancia de la evaluación y no se caiga en un intento por cambiarla sin que les estudiantes se pregunten sobre su concepción de esta. Asimismo, que les educandos construyan los criterios de evaluación con les docentes, habla de una deconstrucción del poder del profesorado, en donde se prioriza al aprendizaje sobre el control. Esto será fundamental para que les educandos se comprometan con la evaluación, y la entiendan como una cuestión que impulsa su aprendizaje en lugar de condicionarlo.

2. Valoración personalizada

Es necesario generar espacios de confianza, honestidad, horizontalidad y cercanía entre docentes y estudiantes. Las valoraciones van más allá de charlas momentáneas, sino que buscan influir en el proceso educativo de les estudiantes y docentes. Estos espacios sirven para platicar de forma horizontal y ayudar a visualizar las áreas de mejora de ambas partes. La valoración es un ejercicio de reciprocidad, ambos lados se miran y reflexionan para reflejarle al otre lo que valoran y las áreas de oportunidad, desde un lugar humano de comprensión.

Al entender el acto educativo como un proceso de transformación colectiva e individual, las valoraciones permiten ir más allá del ámbito académico y concebir a las personas de forma compleja, con intereses, necesidades, dificultades, logros, etc. los cuales, en momentos, son opacados por la inercia del currículo institucional, pero es importante reconocerles para impulsar el aprendizaje. De ahí la valioso de tomarse un tiempo para tener un espacio personalizado que ayude a ver a les estudiantes y a les docentes de forma humana.

Por otro lado, mencionar que las valoraciones deben ser voluntarias, es decir, les estudiantes deben estar de acuerdo en hacerlas y encontrar espacios cómodos y de confianza para que se puedan desarrollar. Además de reconocer que tener charlas personalizadas requiere de tiempo y dedicación por parte de les facilitadores, por lo que no siempre será posible debido a la cantidad de estudiantes que puede tener un docente. Sin embargo, recalcar la importancia que tiene la valoración de los aprendizajes y que esto se puede hacer de distintas formas, es cuestión de encontrar diferentes estrategias que se adecúen a las posibilidades y limitaciones.

3. Co-evaluación

La coevaluación es fundamental para que la evaluación sea compleja, porque toma en cuenta la visión de muchas personas implicadas en el proceso educativo. Asimismo, fomenta que el acto educativo sea responsabilidad de todos los actores, en donde entre todes se reflejan aspectos de mejora y eso potencia el aprendizaje.

La coevaluación puede ser vista como una herramienta muy útil que permite la evaluación personalizada, como se expuso en la estrategia de la “valoración personalizada”, les docentes no siempre tienen la posibilidad de hacer valoraciones individuales a cada estudiante, como menciona Topping (2010), “en la mayoría de las aulas hay más alumnos que maestros, por lo que la retroalimentación de los compañeros puede ser más inmediata, oportuna e individualizada que la del docente” (en Martínez, 2013, p.145).

A pesar de lo anterior, es una realidad que les estudiantes ponen cierta resistencia al evaluar a sus compañeres, de ahí la importancia de hablar sobre esto y ponerlo en práctica en varias ocasiones. Les docentes no deben imponer criterios para la coevaluación, como rúbricas, pues esto empobrecería la experiencia, ya que la autonomía tiene un papel fundamental en la coevaluación, porque los criterios pueden ser subjetivos y parten de lo que cada educande considera relevante. De esta forma, se puede abrir el aprendizaje a distintas formas de concebirlo.

Por otro lado, hacer ejercicios de coevaluación es benéfico para la formación de les estudiantes, pues propicia el desarrollo de la toma de decisiones, la reflexión sobre los aprendizajes, la comunicación asertiva, la escucha, la autonomía, etc. Aunado a que la coevaluación puede diversificarse, es decir se puede hablar del desempeño de todas las personas que están involucradas en el proceso, pero también se puede hacer una coevaluación de algún trabajo o reflexión.

Por eso, se planeta la coevaluación como parte continua de un proceso educativo y no solamente como algo que sucede al final, ya que debe servir para que el proceso educativo mejore. Para lograrlo, la retroalimentación debe ser de calidad y específica, con la posibilidad de hacerla colectivamente si el grupo muestra confianza, respeto y compromiso (Martínez, 2013)

Por último, fomentar que les docentes participen en la coevaluación para lograr un espacio horizontal y de reciprocidad, en donde todas las personas pueden ser valoradas y también tener áreas de oportunidad y mejora. Esto habla de una deconstrucción de las relaciones de poder por parte del facilitadore, al igual que de un posicionamiento como educande, pues se pone en una situación de igualdad, permite ser retroalimentade.

4. Auto-evaluación

Se entiende que la autoevaluación también es una forma de aproximarse a los pensamientos de les estudiantes, y esto se convierte en una forma de retroalimentación hacia les docentes, ya que, desde lugares muy honestos, les educandes exponen libremente sus aprendizajes y sus áreas de oportunidad. Esto sirve a les maestres para saber cuál es la percepción de las estudiantes sobre la materia y saber qué aspectos fueron positivos y cuáles requieren de modificaciones.

Existen muchas formas de hacer autoevaluación, se puede entregar a les facilitadores de forma individual, hacerla entre pares o compartirla con todo el grupo. Asimismo, se puede proponer que les facilitadores también lleven a cabo una autoevaluación para dar cuenta de sus aprendizajes y áreas de oportunidad, con la finalidad de buscar un espacio más horizontal y que el aprendizaje sea co construido.

Por otro lado, la autoevaluación es clave para dar cuenta de los procesos educativos de transformación, ya que este tipo de evaluación refleja cuestiones muy personales y profundas que van más allá de criterios cuantitativos. La autoevaluación permite reconocernos, reflexionar sobre nuestros procesos educativos y ser una brújula para guiar la continuación. La autoevaluación no pretende finalizar el proceso educativo, sino mostrarnos los siguientes pasos de este.

Reflexiones finales

Quiero mencionar la importancia de concebir a la evaluación como un proceso de riqueza y crecimiento que vale la pena explorar, alejándonos de la importancia que se les da a las calificaciones que poco nos dicen o aportan. Es por eso, que a pesar de que la institución siga beneficiando a las mediciones cuantitativas, se puede hacer un trabajo, reconociendo las posibilidades y limitaciones, para priorizar la evaluación constructiva en el acto educativo, dejando a las calificaciones en un segundo plano.

Pienso que es sumamente relevante deconstruir las evaluaciones punitivas para priorizar el aprendizaje diverso, entendiendo que seguir reproduciendo un sistema de evaluación homogéneo tiene repercusiones importantes en el estudiantado, comenzando por una cuestión emocional importante, para seguir con un castigo para impedirles continuar con sus estudios académicos. Con este escrito se busca proponer algunas estrategias, probablemente defectuosas y cuestionables, con la intención de propiciar que éstas se amplíen y mejoren, sin embargo hacer el énfasis en que lo importante es darse un tiempo para reflexionar sobre lo que concebimos por evaluación, para así tomar una postura y actuar en concordancia a ella.

Considero fundamental pensar en la evaluación con una perspectiva intercultural, dejando para siguientes investigaciones el análisis de cómo las desigualdades y el poder expresados en el racismo, clasismo, patriarcado, homofobia, etc. operan en la evaluación. Pues estoy segura que este escrito solo es un primer acercamiento, pero existen muchos factores que vale la pena explorar a profundidad. Hago la invitación a las personas que me han leído y que tienen alguna posibilidad de abonar a este tema, que se animen a experimentar nuevas prácticas, sabiendo que los procesos educativos siempre serán procesos en construcción.

  • Illich, I. (1985). La sociedad desescolarizada. Ediciones Gadot.
  • Jeffrey, A. (1989). Las teorías sociológicas desde la Segunda Guerra Mundial. Universidad de California.
  • Lerena, C. (1999). Educación y cultura en Max Weber. En Enguita, M (1999). Sociología de la Educación (pp. 72-81). Editorial Ariel, SeA
  • Martínez, F. (2013). Dificultades para implementar la evaluación formativa. Perfiles Educativos, 35 (139), 128-150.
  • Moreno, T. (2009). La evaluación del aprendizaje en la universidad. Tensiones, contradicciones y desafíos. Revista Mexicana de Investigación Educativa, 14 (41), 563-591.
  • Parsons, T. (1976). La clase escolar como sistema social: alguna de sus funciones en la sociedad americana. Revista de educación, 242, p. 64-86.
  • Soledad, M. y Rodríguez, G. (2020). Aprendiendo a Evaluar para Aprender en la Educación Superior. Revista Iberoamericana de Evaluación Educativa, 13 (1), 5-8.
  • Walsh, C. (2012). Interculturalidad crítica y (de)colonialidad. Ediciones Abya-Yala.
  • Sofia Mitsuki Ávila Manzano

Pedagogía penitenciaria en México  

LA LIBERTAD en todos sus sentidos es una necesidad y derecho fundamental que posee todo ciudadano y ciudadana sin importar su clase social, género, orientación sexual, etnia, etc. sin embargo, ¿qué sucede cuando alguna persona infringe alguna de las leyes que ayudan a regular las conductas humanas que están establecidas en nuestro país, para lograr una convivencia sana y pacífica dentro de la sociedad mexicana?

Aquella persona que viola una norma o más, recibe como consecuencia una sanción o pena, ya sea como pagar cierto monto para ser liberado o una fianza en cierto límite de tiempo o ser trasladado a un centro de reinserción social por tiempo definido o indefinido; dependiendo del proceso y sentencia judicial.

Los centros penitenciarios están diseñados para albergar cierto número de personas; se dividen en varoniles, femeninos, mixtos y para adolescentes en conflicto con la ley. Son lugares que tienen como función excluir aquella persona que delinquió del resto de la sociedad, castigándola con la privatización de su libertad física desde meses o hasta años.

Los penales tienen como objetivo proteger a la sociedad de las “personas peligrosas”, disuadir a aquellos que tengan en mente cometer crímenes o delitos, separar al convicto del ambiente de criminalidad, reeducar al convicto para así lograr su reinserción y en determinados casos, impedir que un acusado huya del país mientras se está realizando un proceso judicial (pol bertran prieto). asimismo, vigilar, promover, prevenir, identificar, disuadir y disminuir violaciones a los derechos humanos de las personas privadas de la libertad y se pueda llevar a cabo el proceso de su reinserción social (CEDHNL, s/f).

El proceso de reinserción social se sustenta en ejes basados en la educación, salud, deporte, trabajo y capacitación para el trabajo; todo ello con respeto a los derechos humanos para crear una sociedad equitativa dentro de los penales mexicanos. Este proceso de readaptación social, es un trabajo multidisciplinar para que el tratamiento penitenciario sea satisfactorio para la persona que está en contextos de encierro y uno de los actores que tienen un papel fundamental para lograr la rehabilitación social de este grupo de personas vulnerables, son los/as pedagogas y pedagogos.

El tratamiento penitenciario en la República Mexicana tiene como propósito garantizar atención de salud física y mental, acceso a educación, capacitación y trabajo, actividades de deporte, así como recreativas, artísticas y culturales; vinculación familiar y acceso a la información para fortalecer el logro de la reinserción social.

La pedagogía penitenciaria surge de la necesidad de brindar atención social en específico en este sector. Surge de la pedagogía social que es una pedagogía que se centra en dar atención y solución a las demandas de sectores considerados como socialmente vulnerables; está centrada en intervenir en y ante los diversos problemas que el sector de la población penitenciaria tiene y promover la mejor reintegración social mediante la educación (Ramírez de la Rosa, 2012, pág.75-76).

La pedagogía penitenciaria es la encargada de crear, elaborar, brindar, implementar y evaluar cursos-talleres y prácticas para la población interna interesada en tomarlos, además de canalizar a los internos al centro escolar donde realizarán parte de su tratamiento, ya que la otra parte de su tratamiento estará en función de la capacitación para y en el trabajo, y de las actividades culturales, deportivas y de tratamiento auxiliar, donde son canalizados de acuerdo al estudio pedagógico realizado y aplicado. De igual manera, se encarga de dar seguimiento a los internos después de cierto tiempo para verificar que el interno esté cumpliendo con su tratamiento y si realmente está funcionando eficazmente este tratamiento penitenciario (Ramírez, 2012, p.70).

La educación es un medio indispensable para la readaptación social del convicto/a. El trabajo y educación son y serán dos fundamentos pedagógicos del principio de readaptación dirigidos principalmente a evitar la residencia del interno/a, modificando y reformando su conducta para que este se reinserte adecuadamente en la sociedad mexicana (Ramírez, 2012, p.72).

Esta rama de la pedagogía social, reflexiona sobre la educación y medios idóneos de educar a la persona recluida en estos centros de reintegración social para lograr un mejor ser humano. Son medios que se ejecutan y llevan a cabo porque la persona es un ser social por naturaleza, por lo que no deja de aprender y de formarse a lo largo de su vida, independientemente del lugar en el que se encuentre (Ramírez, 2012, p.75).

Los programas educativos, laborales y culturales que se crean, elaboran e impartan en estos contextos de encierro, deben ser sustentados y evaluados por profesionales de la educación; llevarlos a cabo, sin omitir la parte de derechos humanos y dar seguimientos post-penitenciarios, dado que la finalidad es que no se vuelvan a cometer esos actos por los que fueron privados de su libertad física.

La pedagogía penitenciaria brinda intervención en este sector vulnerable y marginado para atender y ver por las personas que se hallan en estado de reclusión (Ramírez, 2012, p.76).

El pedagogo penitenciario debe ser capaz de tener una mente abierta y fuerte, libre de prejuicios para no hacer distinciones y evitar etiquetas hacia aquellas personas que buscan llevar a cabo el tratamiento penitenciario para mejorar y reintegrarse a la sociedad exitosamente.

Las pedagogas y pedagogos penitenciarios se ocupan de las personas que están recluidas para reeducarlos, reintegrarlos y proveerlos de asistencia social, porque su propósito es instruir y readaptar a los internos en individuos que logren reubicarse de nuevo en la sociedad y cuenten con habilidades intrapersonales e interpersonales, habilidades socioemocionales e interculturales, competencias transversales, valores cívicos, morales y educación, para que al término de su rehabilitación social tengan un reencuentro exitoso con el exterior, con los seres vivos que habitan y son parte de ese exterior, y sobre todo con ellos/as mismos/as.

Dibujando la inclusión

El arte tiene muchas formas de expresarse, podemos  pensar que es un lenguaje universal. Por ello, nos  dimos a la tarea de aprender todas las señas necesarias  para realizar una sesión artística con los niños y niñas que actualmente cursan 3° y 4° de primaria en el IPPLIAP y con sus maestras. 

La actividad consistió en que los niños y niñas realizaran un  dibujo que expresara lo que la escuela les hace sentir, mientras  que las maestras, realizaban un dibujo que expresara su sentir al  dar clase a miembros de la comunidad sorda, pues en este caso  ambas maestras son oyentes. 

Para nosotras, esta sesión fue más allá de un encuentro con colores y crayolas; representa el principio del fin de algunas barreras de lenguaje con los alumnos sordos por parte de las generaciones de pedagogas en formación. 

Se logró crear un ambiente de confianza y respeto en el que los niños, niñas y docentes pudieron expresarse libremente.

Los dibujos que realizaron fueron realmente impresionantes, reflejando de manera clara y emocionante sus vivencias escolares. Pudimos ver dibujos que representaban la amistad, la alegría de aprender, el esfuerzo, la superación y muchos otros temas relacionados con su experiencia en la escuela.

EN RESUMEN, esta actividad artística fue una experiencia única y enriquecedora que nos permitió conocer más de cerca la realidad de los participantes. Nos dejó una gran lección de inclusión y respeto hacia las diferencias, y nos hizo reflexionar sobre la importancia de promover espacios en los que todos los niños y niñas puedan expresarse libremente.

Museo comunitario como diálogo educativo y cultural

LAS SIGUIENTES LÍNEAS BUSCAN A INVITAR A DESCUBRIR AQUELLOS ESPACIOS DE LA VIDA COLECTIVA, DE LOS PUEBLOS, DE ESPACIOS RICOS EN DIVERSIDAD CULTURAL, CON ALTO POTENCIAL DIALÓGICO Y EDUCATIVO ENTRE SUS AGENTES, SE TRATA DE LOS MUSEOS COMUNITARIOS EN MÉXICO.

El desarrollo comunitario es también una acción educativa propia de la pedagogía, “puesto que busca  modificar actitudes y prácticas que se resisten al mejoramiento social y económico”. La relación con  el concepto de museo es que éste es en sí mismo un espacio social y no un centro de extensión de la  escuela. 

De acuerdo con el Consejo Internacional de Museos, de la Organización de las Naciones Unidas para  la Educación, la Ciencia y la Cultura (ICOM-UNESCO), el museo es “una institución permanente, sin  fines de lucro, al servicio de la sociedad y su desarrollo, abierta al público, que realiza investigaciones  concernientes a los testimonios materiales del hombre y su entorno, los adquiere, los conserva, los  comunica y principalmente los exhibe con fines de estudio, educación y deleite”. 

Existe diversidad de literatura que plantea la experiencia museística como un proceso de aprendizaje significativo. El potencial educativo que brindan los museos puede maximizarse si se utilizan más elementos posibles: inteligencias, aprendizajes, niveles cognitivos, sentimientos, aspectos sociales; la apuesta es que los visitantes de museos realicen conexiones únicas en los mismos.

El concepto de museo ha cambiado conforme la historia de la humanidad (Ver Diagrama 1). A principios del siglo XX la creación de museos sobre temáticas específicas empezó a proliferar, y con ello su tipología se amplió. De acuerdo con su especificidad existen propuestas en arqueología, numismática, conmemorativos, tecnológicos, biográficos, de un monumento, del ejército, históricos, de arte, científicos, entre otros.

Clasificación de museos de acuerdo con su generación

De acuerdo con el Programa Nacional de Museos Comunitarios (PNMC), impulsado por la Unidad  de Desarrollo Social, Educación y Cultura de la Organización de los Estados Americanos (UDSEC OEA), el museo comunitario además de ser recinto que alberga objetos del pasado, representa la  posibilidad para las personas integrantes de la comunidad de:

  • Aparecer ante los otros como sujetos con historia,
  • Ser generadores y portadores de cultura,
  • Concebirse como sujetos que han participado en el curso de los acontecimientos locales o regionales.

El proceso de creación del museo es también un proceso colectivo de reflexión, de  adquisición de una idea de continuidad y transformación. Se trata de proyectos sociales,  promovidos, creados y dirigidos por la comunidad organizada, de ahí que ninguna institución  o entidad externa a las comunidades es la que crea estos museos.

“El museo comunitario es la vida de un pueblo donde dejamos plasmado nuestro pasado y  así; dejar huella a las futuras generaciones […] es un espacio donde la comunidad realiza  acciones de adquisición, resguardo, investigación, conservación, catalogación, exhibición y  divulgación de su patrimonio cultural y natural, para rescatar y proyectar nuestra identidad  fortaleciendo el conocimiento de su proceso histórico a través del tiempo y del espacio.”

En 2011 el Sistema de Información Cultural (SIC)4 del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), señaló que, de 1400 museos en México, el 50% son comunitarios. En el “Manual para la creación y desarrollo de Museos Comunitarios”, se proponen cuatro objetivos del museo comunitario:

“Los museos comunitarios han fundado un modelo de incorporación activa de las comunidades en las tareas de investigación, conservación y difusión de su propio patrimonio cultural […] la inauguración de un recinto cultural de este tipo constituye la cristalización de un proceso paulatino de relación de la colectividad con el conocimiento y el manejo de su patrimonio, que resulta de una extraordinaria riqueza tanto organizativa como educativa […] el acento está puesto en la capacidad de responder a las necesidades de conocimiento colectivas.”

PARA FINALIZAR 

Un museo vivo está íntimamente relacionado con su  comunidad. Ana Gabriela Bedolla nos señala que  “requerimos del establecimiento de espacios para un  diálogo respetuoso entre dos maneras de concebir la tarea  educativo-cultural […] el museo comunitario puede ser  el escenario adecuado para iniciar ese diálogo capaz de  contribuir al enriquecimiento mutuo de las preguntas y los  saberes que se consideran dignos de ser conservados y,  consecuentemente, transmitidos”.  

Es necesario pensar en espacios vitales y útiles alternos a lo  escolarizado o a nuestra idea de escuela, así como reconocer  que los museos comunitarios son también medios de acción  pedagógica, que merecen ser investigados en conjunto con  las aportaciones que todo museo brinda a la sociedad, ya  que son lugares abiertos a diversidad de poblaciones.

  • ALDEROQUI, Silvia. Museos y escuelas: socios para educar. Argentina: Paidós, 2006, 352 p.  
  •  La educación en los museos: de los objetos a los visitantes. Argentina: Paidós, 2011, 272 p.  
  • ANDER-EGG, Ezequiel. Metodología y práctica de la animación sociocultural. Madrid: CCS, 2000, 431 p.  
  • BELLIDO Gant, Ma. Luisa. Arte, Museos y nuevas tecnologías. España, Trea, 2001, 342 pp.  
  • CASTILLO, Americo. El Museo en escena: política y cultura en América Latina. Argentina: Paidós, 2010, 264 p.  HOOPER-GREENHILL, Elian. The Educational Role of de Museum. London, Routledge, 1996, 340 pp.  
  • KOTLER, Neil y Philip Kotler. Estrategias y Marketing de Museos, Barcelona, Ariel, 2001, 448 pp.  
  • LEON, Aurora. El Museo. Teoría, praxis y utopía. 5ª ed., Madrid, Cuadernos Arte Cátedra, 1990, 378 pp.  
  • LÓPEZ Ruiz, Francisco. (ed.) Museos y educación. México: Universidad Iberoamericana A. C. 2012, 198 p.  LORD, Barry. Manual de Gestión de Museos. España: Ariel, 2010, 256 p.  
  • MARÍN Ibañez, Ricardo y Ma. Gloria Pérez Serrano (Eds.) Investigación en animación sociocultural. Madrid: UNED, 1990, 497 p.  MORALES Lersch, Teresa. Pasos para crear un museo comunitario. México: CONACULTA, DGCP; INAH, 1994, 129 p.  RICO Mansard, Luisa Fernanda (Coord.) Aportaciones a la museología mexicana. México: DGDC-UNAM, 2011, 227 p.  ROUSTAN Goldstein, Eidelman. El Museo y sus públicos: el visitante tiene la palabra. Argentina: Ariel, 2014, 352 p.  SARRATE Capdevila Ma. Luisa y Ma. Ángeles Hernado Sanz (Coords.) Intervención en pedagogía social. Espacios y metodologías. España:  Narcea-UNED, 2009, 172 p. 
  • REFERENCIAS ELECTRÓNICAS 
  • CONACULTA. Encuesta Nacional de hábitos, prácticas y consumo culturales. 2010. En línea: http://www.conaculta.gob.mx/encuesta_nacional/ (Consulta: marzo 2023)  
  • BEDOLLA Giles, Ana Graciela. “El museo comunitario en México”. En línea http://www.mexicodesconocido.com.mx/el-museo-comunita rio-en-mexico.html (Consulta: marzo 2023)  
  • LEÓN Alanís, Ricardo. “Vasco de Quiroga y la utopía de Tomás Moro”. Instituto de Investigaciones Históricas. Universidad Michoacana. En  línea: http://dieumsnh.qfb.umich.mx/vasco_de_quiroga_y_la_utopia_de_tomas_moro.htm (Consulta: marzo 2023)  MORALES Teresa, Cuauhtémoc Camarena, et al. Manual para la creación y desarrollo de Museos Comunitarios. MuseosComunitarios.org.  En línea: http://mediacionartistica.files.wordpress.com/2014/02/manual-para-la-creacion-y-desarrollo-de-museos-comunitarios.pdf  (Consulta: marzo 2023)  
  • MELVILLE, Georgia. Museografía con una comunidad transnacional. Alteridadesvol.19no.37 Méxicoene./jun.2009. En línea: http://www. scielo.org.mx/pdf/alte/v19n37/v19n37a5.pdf (Consulta: marzo 2023)  
  • Museo Regional Comunitario Cuitlahuac. 2002. En línea: http://www.cuitlahuac.org/c/sec_2.htm (Consulta: marzo 2023)  RODRÍGUEZ Sedano Alfredo y María Ángeles Sotés Elizalde. “integración, familia y solidaridad: vías de intervención en pedagogía social”,  2008, En línea: http://www.redalyc.org/pdf/834/83411209.pdf (Consulta: marzo 2023)  
  • SIC-CONACULTA. En línea: http://sic.conaculta.gob.mx/ (Consulta: marzo 2023)

Diez ideas para cambiar la escuela

Aquellas personas que decidimos dedicarnos a la educación tenemos la convicción de que ésta no solo es esencial para el desarrollo humano, sino también es un poderoso motor de cambio. El doctor Juan Carlos Yáñez no parece ser la excepción de esto, y a partir de su inconformidad con la escuela propone 10 ideas para cambiarla; cambiar entendido como “el proceso que emerge del interior de los centros escolares, a partir del trabajo colectivo, para modificar el estado de cosas, corregir defectos y problemas o transitar a un estado superior de performance.” El libro 10 ideas para cambiar la escuela pretende hablarle a profesorxs y autoridades escolares que se asumen como actores de cambio, para producir una mejora de la experiencia educativa. Si bien el libro fue escrito en un marco postpandemia, las propuestas del autor son aplicables en cualquier contexto.

  1. La primera idea es más escuela, menos aula. El aula entendida como cuatro paredes, rígidas y estrictas, en las cuales se fragmentan los aprendizajes (hay un aula de español, una de historia y otra de geografía) y donde se lleva a cabo una instrucción vertical (lx docente es más que lx alumnx) y antipática. A esa situación, la propuesta es ampliar la práctica pedagógica a todos sus espacios y actores. Yáñez, a su vez, menciona que los centros escolares deberían de ser colectivos organizados, pequeñas repúblicas, donde se ejerza la ciudadanía responsablemente y vele por el bien común. Para esto, lxs docentes deben ser personas tolerantes, respetuosas, democráticas y abiertas, pues ellxs modelan el ejemplo.
  2. La segunda idea que nos plantea el profesor Juan Carlos es la de más estudiante, menos alumno. Para entender a qué se refiere habrá que definir qué implica ser alumnx y ser estudiante. Se es alumnx cuando te inscribes a una escuela, lo cual es una condición puramente administrativa donde el actuar es pasivo e inercial. Mientras que ser estudiante implica un compromiso interno, una posición pedagógica existencial, donde eres activo en tu aprendizaje. En un salón de clases puede haber tanto alumnxs como estudiantes y una manera que propone el autor para lidiar con esto es, desde un punto de comprensión y apertura (sin prejuicios) entender cuáles son los intereses de los estudiantes y buscar cómo hacerlos coincidir con los intereses del currículum, para así llevarles al punto de arranque deseable. A esto se le llama tarea pedagógica asertiva. La tarea de las personas que están frente a un salón de clases es potenciar a los alumnxs y conocer a los estudiantes para orientarles a ambos.
  3. La siguiente propuesta es más actividad relevante, menos instrucción. Yáñez explica que la institución educativa debe dejar de lado el hacer por hacer, la bulimia de tareas, donde hay un atracón de información durante el estudio para después vomitar todo el conocimiento en el examen, sin hacer una propia digestión y absorción de recursos. Y en su lugar, procurar únicamente las actividades con sentido, promover la interrogación para lograr que lxs estudiantes reflexionen, dialoguen y por ende, aprendan.
  4. Adicionalmente, Juan Carlos afirma que el proceso de enseñanza aprendizaje no está entrelazado en automático, más bien son dos procesos que no necesariamente se proceden. Por esto, en cuarto lugar, propone más aprendizaje, menos enseñanza. Esto no quiere decir que el ejercicio docente se deba anular, sino más bien “aceptar que los docentes explicamos lo que sabemos y enseñamos lo que somos. En consecuencia, debemos explicar menos, enseñar más.” Partiendo de la idea de que la educación tiene un papel crítico en formar al desarrollo intelectual, personal y profesional de los individuos, tiene mucho sentido pensar que lxs mejores docentes logran “influir en las formas pensar, sentir y actuar de los estudiantes”.
  5. La quinta idea para cambiar la escuela se refiera a ser más profesor, más persona. Para desarrollar esta idea y haciendo referencia al libro Profesores: vidas nuevas, verdades antiguas. Una influencia decisiva en las vidas de los alumnos, el autor menciona dos axiomas “la calidad de las escuelas es, en gran medida, la de sus profesores” y “en todas las escuelas hay buenos docentes, pero sólo las buenas escuelas tienen la capacidad de retenerlos, estimularlos y obtener lo mejor de cada uno”. Tomando esto como referencia, se reconoce la gran importancia de reconocer que lxs docentes son personas con fortalezas y fragilidades, lo cual vuelve esencial conocer y estudiar al personal docente para comprenderles y potenciarles. Por esto, las escuelas deben ofrecer condiciones para el desarrollo de cada una de las personas que forman la plantilla docente al atender sus necesidades específicas.
  6. El siguiente planteamiento es escuchar más, hablar menos. “La educación es un proceso profundamente humano de escuchas mutuas”. De entrada, lxs profesionales de la educación debemos ser empáticos y humildes, debemos aprender a escuchar, no solo oír, también entender y sentir a lxs estudiantes. Comprender que no solo son asistentes de un espectáculo, que tienen cosas que decir. Tenemos que acordarnos que “nadie lo sabe todo y nadie lo ignora todo”, creando espacios de diálogo y discusión el aprendizaje se vuelve parte de la ecuación.
  7. Como séptima idea, Yáñez propone más comunicación. El autor menciona que la comunicación es el torrente sanguíneo de los procesos de enseñanza y aprendizaje, incluso afirma que la educación es un acto de comunicación. Por eso, necesita los atributos principales de la comunicación: claridad, concisión y precisión. Ahora, no se refiere a una comunicación de un solo sentido, sino doble, donde el emisor y el receptor cambian posiciones constantemente. La pedagogía de la pregunta de Freire ilustra esta idea muy bien, pues es dialógica y multilateral, o sea las preguntas van de docentes a estudiantes y viceversa; y a veces utiliza la mayéutica socrática. Estas características son importantes por varias razones: nos educamos en comunidad, es decir que aprendemos de los demás y para eso es indispensable la comunicación; también porque al incitar a los estudiantes a expresar sus ideas se vuelven activos en su aprendizaje y fomenta el pensamiento crítico y la creatividad; finalmente, crear espacios donde todos tengan voz es un principio democrático y forma en valores.
  8. Más y mejor pedagogía, tecnología con sentido es el título de la octava idea para cambiar la escuela. Como ya se mencionó, una de las motivaciones de este libro fueron la evidencia de problemas en la escuela durante la pandemia. Si bien el programa Aprende en casa fue una respuesta insuficiente ante las adversidades, dio cuenta de caminos y desaciertos. Juan Carlos menciona que “La tecnología siempre es un medio. Como tal, responde al fin para el cual se le utiliza. Si el fin es incierto o desacertado, no podrá alcanzarlo. Las herramientas tienen esa condición dual o multifuncional, pero no vida propia” (2022, p.38). Lo que quiere decir el autor con este punto, es que la tecnología es simplemente una herramienta, muy útil y muy dañina al mismo tiempo, y solo juega un papel secundario en el cambio profundo que se requiere para la escuela. Para utilizarla, es imperante un proyecto educativo.
  9. La novena propuesta del autor se me hace una de las más relevantes. Como estudiante de pedagogía, es común que mis amistades se acerquen a mí para quejarse sobre las prácticas de sus docentes y una de las quejas más comunes son las maneras de evaluar. Es muy común que lxs profesorxs realicen “evaluaciones” por exigencia, únicamente para poner una calificación. Realmente, se evalúa poco y mal, por lo tanto comprendemos menos y cambiamos poco. Por esto la relevancia de la más evaluación, menos examinación. La evaluación es un elemento esencial de la pedagogía, pero es un proceso de diálogo, comprensión y mejora, el puente entre la enseñanza y el aprendizaje. La evaluación debe ser formativa, no únicamente sumativa. Es decir, el error no debe ser castigado, sino comprendido, es fuente de análisis y representa una oportunidad para aprender. Aunado a esto, y una de las cosas que más rescato del capítulo es que el autor afirma que la docencia debe ser intelectualmente exigente, profundamente ética, emocionalmente apasionante y paciente.
  10. Por último, más academia, menos burocracia. En este capítulo el autor no pretende desdeñar la importancia del control y el rendimiento de cuentas, simplemente resalta que se debe imponer responsabilidad sin el autoritarismo de las oficinas centrales. Menciona que la docencia debe de ocurrir en territorios de libertad, imaginación y confianza, que el mapa no sustituya al territorio.

CONCLUSIÓN

Después de estas diez grandes lecciones, a manera de despedida y con una visión esperanzadora, Juan Carlos Yáñez nos recuerda que las escuelas no pueden enseñar si no aprenden y hace una invitación a lxs profesorx: “resistan, reinvéntense, dialoguen, aprendan juntos, trabajen juntos, procuren los cambios juntos” (2022, p.47). a nosotrxs, lxs profesionales de la educación, nos corresponde hacer los cambios necesarios en las escuelas, desde la primera fila, para que la educación cumpla con su profundo sentido.